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Pareidolia

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Cara en una pared

La pareidolia (derivada etimológicamente del griego eidolon (εἴδωλον): ‘figura’ o ‘imagen’ y el prefijo para (παρά): ‘junto a’ o ‘semejante a’)[1]​ es un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) se percibe como una forma reconocible, debido a un sesgo perceptivo. Una explicación de este fenómeno, conforme al funcionamiento del cerebro, es descrito por Jeff Hawkins en su teoría de memoria-predicción. Este fenómeno se utiliza en evaluaciones psicológicas, como en el test de Rorschach.

Descripción

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Una simple colección de líneas puede ser percibida como una cara, e incluso ser interpretada como expresando una emoción particular.

Es un término de origen psiquiátrico que se ha ido popularizando en el lenguaje común y ha ido perdiendo el sentido patológico.[1]​ La pareidolia puede hacer que las personas interpreten imágenes aleatorias, o patrones de luces y sombras, como caras.[2]​ En 2009, un estudio de magnetoencefalografía encontró que los objetos percibidos como caras evocan una activación temprana (165 ms) del área fusiforme de las caras en un momento y lugar similar al provocado por las caras, mientras que otros objetos comunes no evocan tal activación. Esta activación es similar a un tiempo ligeramente más rápido (130 ms) que se observa para imágenes de caras reales. Los autores sugieren que la percepción de la cara evocada por objetos similares a la cara es un proceso relativamente temprano, y no un fenómeno de reinterpretación cognitiva tardía. Una imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) en 2011 mostró de manera similar que la presentación repetida de formas visuales novedosas que se interpretaron como significativas condujo a una disminución de las respuestas de fMRI para objetos reales. Estos resultados indican que la interpretación de estímulos ambiguos depende de procesos similares a los provocados por objetos conocidos.[3]

Estos estudios ayudan a explicar por qué las personas identifican unas pocas líneas y un círculo como una "cara" tan rápidamente y sin dudarlo. Los procesos cognitivos son activados por el objeto "similar a una cara", que alerta al observador tanto del estado emocional como de la identidad del sujeto, incluso antes de que la mente consciente comience a procesar o incluso recibir la información. Una "cara de figura de palo", a pesar de su simplicidad, puede transmitir información sobre el estado de ánimo y ser dibujada para indicar emociones como la felicidad o la ira. Se supone que esta capacidad robusta y sutil es el resultado de eones de selección natural que favorecen a las personas más capaces de identificar rápidamente el estado mental, por ejemplo, de amenazar a las personas, proporcionando así al individuo la oportunidad de huir o atacar preventivamente. En otras palabras, procesar esta información de manera subcortical, por lo tanto inconscientemente, antes de pasarla al resto del cerebro para un procesamiento detallado, acelera el juicio y la toma de decisiones cuando se necesita una reacción rápida.[4]​ Esta capacidad, aunque altamente especializada para el procesamiento y el reconocimiento de las emociones humanas, también funciona para determinar el comportamiento de la vida silvestre.[5]

La pareidolia puede ser considerada una subcategoría de apofenia.

Ejemplos

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Este despertador parece tener una cara triste.

La pareidolia, por sí sola o combinada con la apofenia y con la hierofanía, podrían ser el origen de la consideración de espacios sagrados dada a determinados sitios arqueológicos, así como a algunas pinturas rupestres.[6][7]

Ejemplos de pareidolia son:

  • Visión de animales o rostros en la forma de las nubes.
  • Visión de rostros, de cuerpos humanos u objetos en los perfiles montañosos
  • Visión de rostros en la parte delantera o trasera de un vehículo (los faros representarían los ojos, la parrilla la boca o dentadura y el parabrisas la frente o cabeza)
  • Imágenes de rostros en aparatos o edificios.
  • Visión de personas o siluetas en el pavimento.
  • Audición de mensajes reconocibles en grabaciones en idiomas desconocidos o reproducidas al revés.
  • Avistamientos de ovnis, críptidos, fantasmas u otros fenómenos paranormales.
  • Numerosas figuras religiosas o simplemente humanoides en objetos astronómicos como la Luna, la Nebulosa del Águila, etc.
  • Imágenes religiosas en objetos cotidianos (árboles, rocas, plantas).
  • Los nombres actuales de las constelaciones astronómicas.
  • La llamada Cara de Marte.

Galería

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Véase también

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Bibliografía

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Referencias

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  1. a b Esquivias, 2021.
  2. Sagan, Carl (1995). The Demon-Haunted World – Science as a Candle in the Dark. New York: Random House. ISBN 978-0-394-53512-8. 
  3. Voss, J. L.; Federmeier, K. D.; Paller, K. A. (2012). «The Potato Chip Really Does Look Like Elvis! Neural Hallmarks of Conceptual Processing Associated with Finding Novel Shapes Subjectively Meaningful». Cerebral Cortex 22 (10): 2354-64. PMC 3432238. PMID 22079921. doi:10.1093/cercor/bhr315. 
  4. Svoboda, Elizabeth (13 de febrero de 2007). «Facial Recognition – Brain – Faces, Faces Everywhere». The New York Times (The New York Times). Consultado el 3 de julio de 2010. 
  5. «Dog Tips – Emotions in Canines and Humans». Partnership for Animal Welfare. Archivado desde el original el 17 de noviembre de 2015. Consultado el 4 de julio de 2020. 
  6. «Pareidolia, una década desde su introducción en la arqueología.». www.rupestreweb.info. Consultado el 14 de diciembre de 2018. 
  7. «Arte rupestre Hierofania Paraedolia Sitios sagrados precolombinos Chile». www.rupestreweb.info. Consultado el 14 de diciembre de 2018. 

Enlaces externos

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