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En particular, la alta rentabilidad derivada del incremento excepcional de los precios internacionales de la soja, llevó a los empresarios agropecuarios a volcarse progresivamente hacia la siembra de soja transgénica, en un proceso denominado de «sojización», que llevó al país a convertirse en el tercer productor mundial de soja en bruto y el primero de aceite de soja.[2] Este proceso es en gran medida controlado por grandes grupos económicos. La soja es una planta de muy alto valor proteico (cercano al 35 %), capaz por lo tanto de reemplazar a las carnes en las dietas, además de ser la materia prima del aceite de soja, el aceite de mayor producción en el mundo, de la harina de soja y de pellets de alimentos balanceados. También se utiliza para producir plásticos y biocombustibles.
Existe un debate sobre el proceso de «sojización» de la producción agropecuaria y sus límites. Algunos sectores lo han cuestionado, por su impacto en la desertificación, la deforestación, la tendencia hacia el monocultivo, las amenazas ecológicas derivadas de los productos transgénicos, y la crisis de importantes sectores de la producción rural, en especial la carne y la leche.[3]
Desde otro punto de vista, quienes defienden el proceso de sojización, sostienen que es la soja el principal producto demandado por el mercado internacional, y que si la Argentina no lo produjera, hubiera sido imposible producir el salto productivo que dio el campo argentino.
La «sojización» del campo argentino estuvo acompañada de profundas transformaciones de la estructura de tenencia de la tierra y los sistemas de producción. Estas transformaciones están lideradas por la aparición de dos nuevas formas de producción rural, los grandes grupos económicos agrarios y los pooles de siembra, vinculados a su vez con las grandes empresas exportadoras,[4] y las empresas agroindustriales.[5]
Los grandes grupos económicos agrarios comenzaron a aparecer a fines de los años ochenta, consolidándose en los noventa, en consonancia con la disolución de la Junta Nacional de Granos. Se trata de productores rurales que abandonaron el sistema tradicional de la estancia, de raíz colonial, para organizar empresas rurales integradas (siembra, cosecha, acopio y comercialización), con utilización intensiva de la informática y la biotecnología, y aplicación de técnicas empresariales modernas, como la tercerización, la profesionalización de la gestión y la innovación productiva.[6][7] Entre estas empresas se destacan grupos multinacionales, que actúan en una gran región agraria subcontinental que abarca Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, como Los Grobo, Adecoagro (del magnate George Soros), Cresud del grupo Elsztain, el grupo Bemberg, el grupo Werthein y El Tejar.[8]
Los pools de siembra permitieron el ingreso de sectores ajenos al campo, sobre todo financieros, en la producción agropecuaria y modificaron sustancialmente el régimen de tenencia de la tierra, al convertirse en grandes arrendatarios y provocar que una gran cantidad de productores agropecuarios propietarios de sus tierras, abandonen la producción para volverse rentistas.[6]
El auge de los pools de siembra ha sido defendido por su capacidad para crear economías de escala en el campo.[9]
- ↑ «Informe del 3 de enero de 2008», AACREA, Informe diario agropecuario; «Informe del 13 de junio de 2008», AACREA, Informe diario agropecuario.
- ↑ Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (2007). «Soja: Informe General». Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, Sitio oficial. Archivado desde el original el 29 de septiembre de 2006. Consultado el 15 de mayo de 2008.
- ↑ Lapolla, Alberto (25 de julio de 2006). «La sojización encierra graves problemas». Nuestra América. Consultado el 27 de marzo de 2008.
- ↑ En Argentina, las exportaciones agrarias son controladas desde mediados del sigo XX, por un pequeño grupo de empresas multinacionales, entre ellas Cargill, Bunge & Born, Dreyfuss, Noble Argentina.
Scaletta, Claudio (2008): «Gigantes invisibles», artículo en el diario Página/12 (Buenos Aires) del 6 de abril de 2008. - ↑ El 92 % de las exportaciones de aceite de soja, para la campaña 2006/2007, es controlado por seis grupos: Bunge y Born, Aceitera General Deheza, Cargill, Molinos Río de la Plata, Vicentín y Dreyfuss.
Bonasso, Miguel (2008): «El poder detrás del trono: Urquía y seis grandes», artículo en el diario Crítica (Buenos Aires), del 18 de mayo de 2008. - ↑ a b Benchimol, Pablo (20 de abril de 2008). «La concentracion de la tierra: Latifundios y pools de siembra». Página/12. Consultado el 17 de mayo de 2008.
- ↑ Bazzán, Gustavo (30 de marzo de 2008). «Por qué el "pool" de siembra es ahora el malo de la película». Clarín. Consultado el 17 de mayo de 2008.
- ↑ El grupo Los Grobo controla directamente 130.000 hectáreas, de las cuales menos del 20 % son propias; Adecoagro, posee 225.000 hectáreas en Argentina, Uruguay y Brasil); En 2008, Cresud, del grupo Elsztain, tiene 450.000 hectáreas propias y arrienda otras 150.000 en la Argentina, a las que se suman 150.000 más en Brasil, para totalizar 750.000 ha en la región; el grupo El Tejar, tiene 150.000 hectáreas en Argentina, Uruguay y Brasil; el grupo Bemberg tiene 143.000 hectáreas; el grupo Werthein posee 100.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Fresh Plaza (2008). «Argentina: ¿cómo funciona un pool de siembra?». Fresh Plaza =. Consultado el 17 de mayo de 2008.; Naishtat, Silvia (19 de marzo de 2008). «Pese a la turbulencia, Cresud logró colocar US$ 288 millones». Clarín =. Consultado el 25 de mayo de 2008.; Ameghino, Ascuy (2007): «Propiedad de la tierra y renta terrateniente a comienzos del siglo XXI», artículo en Revista de Estudios Agrarios, n.º 26, noviembre de 2007.
- ↑ «Pool de Siembra». Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). 2002. Consultado el 5 de abril de 2008.