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Mameluco

esclavos guerreros musulmanes
(Redirigido desde «Mameluca»)

Los mamelucos (مملوك, en árabe: mamlūk, «poseído», participio pasivo del verbo ملك, malaka, en árabe «poseer», «tener algo en propiedad») eran miembros de uno de los ejércitos de esclavos establecidos durante la época abasí que más tarde se hicieron con el control político de varios estados musulmanes. Fueron mercenarios esclavizados, soldados esclavos y esclavos libertos no árabes, étnicamente diversos (en su mayoría de razas caucásicas y mongoloide y de origen eslavo, circasiano y, principalmente, turco, islamizados) e instruidos militarmente, a quienes se les asignaban labores militares y administrativas de alto rango, y que sirvieron en como soldados a las órdenes de los distintos califas abasíes, y luego a las de otras dinastías gobernantes árabes y otomanas en el mundo musulmán.[1][2][3][4][5]​Institucionalizados como factor de poder por los califas abasíes, los mamelucos a menudo utilizaron su posición dominante como líderes militares y hacedores de reyes a partir del siglo IX para fundar sus propios imperios. Los dos imperios más importantes fueron el Sultanato de Delhi (1206-1526), ​​que en ocasiones llegó a controlar casi toda la India, y el Sultanato mameluco de Egipto. Este último fue sometido por los otomanos en 1517—tras 267 años de existencia—pero los mamelucos permanecieron en Egipto como la élite gobernante local hasta la invasión de Napoleón en 1798 y su eliminación final a manos de Mehmet Alí (1811).

Soldado mameluco a caballo (1810).

Si bien los mamelucos eran comprados como propiedad, su estatus estaba por encima de los esclavos comunes, a quienes no se les permitía portar armas ni realizar ciertas tareas.[6][7][8][9]​ En lugares como Egipto, desde la dinastía ayubí hasta la época de Mehmet Alí de Egipto, los mamelucos fueron considerados «verdaderos señores» y «verdaderos guerreros», con un estatus social superior al de la población general en Egipto y el Levante.[10]​ En cierto sentido, eran una suerte de mercenarios esclavizados.[6][7][8][9][11]​Con el tiempo, los mamelucos se convirtieron en una poderosa clase de caballeros militares en varias sociedades musulmanas controlada por gobernantes árabes dinásticos.[12][13][14][15][16]

El uso de mamelucos como componente principal de los ejércitos musulmanes se convirtió en una característica distintiva de la civilización islámica ya en el siglo IX. La práctica fue iniciada en Bagdad por el califa abasí al-Muʿtaṣim (833-842), y pronto se extendió por todo el mundo musulmán, caracterizándose porque los soldados-esclavos explotaban el poder militar que se les había conferido para hacerse con el control de las autoridades políticas legítimas, a menudo sólo brevemente, pero a veces durante periodos asombrosamente largos. Así, poco después del reinado de al-Muʿtaṣim, el propio califato cayó víctima de generales mamelucos turcos, capaces de deponer o asesinar califas casi con impunidad. Aunque el califato se mantuvo como símbolo de autoridad legítima, el poder real lo ejercían los generales mamelucos, y para el siglo XIII, los mamelucos habían logrado establecer dinastías propias, tanto en Egipto como en la India, en las que los sultanes eran necesariamente hombres de origen esclavo o herederos de tales hombres.

El dominio mameluco más duradero fue la clase militar caballeresca del Egipto medieval, que se desarrolló a partir de las filas de soldados esclavos.[17][18][19][20]​ Originalmente, los mamelucos eran esclavos de origen túrquico de la estepa euroasiática,[17][18][19][20][21][22][23]​ pero la institución de la esclavitud militar se extendió para incluir a circasianos, abjasios, georgianos, armenios, rusos y húngaros, así como a pueblos de los Balcanes como albaneses, griegos y sudeslavos (ver Saqaliba). También reclutaron entre los egipcios.[22]​ El «fenómeno mameluco/ghulam»,[24]​ como el historiador David Ayalon denominó la creación de la clase guerrera específica,[25]​ fue de gran importancia política, durando casi 1.000 años, desde el siglo siglo IX hasta principios del siglo XIX.

Los mamelucos detentaron poder político y militar, particularmente en Egipto y Siria, pero también en el Imperio otomano, el Levante, Mesopotamia e India. En algunos casos, alcanzaron el rango de sultán, mientras que en otros ostentaron poder regional como emires o beys.[16]​ En particular, en Oriente Próximo, facciones mamelucas se apoderaron del sultanato centrado en Egipto y Siria, y lo controlaron como el Sultanato mameluco (1250-1517).[12][13][14][16]​ El sultanato mameluco derrotó al ilkanato en la batalla de Ain Yalut. Al momento de ser conquistado por los otomanos (1517) el sultanato mameluco se extendía por Palestina, Heyaz y Siria.[26]​ Este sultanato, que fue el más perdurable de todos los estados mamelucos hasta ese momento, fue fundado por una casta militar de caballeros, que surgió de las filas de soldados esclavos, que eran principalmente de origen túrquico, así como también había coptos, circasianos (cherqueses, adigueses, cabardinos), abjasios y georgianos

Anteriormente habían luchado contra los cruzados cristianos de Europa occidental entre 1154 y 1169 y entre 1213 y 1221, expulsándolos efectivamente de Egipto y el Levante. En 1302, el sultanato mameluco expulsó formalmente a los últimos cruzados del Levante, poniendo fin a la era de las Cruzadas.[15][27]

Desde el punto de vista político, el término mameluco puede referirse a:

Antecedentes

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En el Irán oriental, la práctica comenzó con la dinastía samánida, la cual estaba en constante conflicto fronterizo contra los entonces pueblos tribales túrquicos de Asia Central. Este conflicto era visto desde el punto de vista islámico como una yihad (guerra santa) contra estos turcos paganos. En estas razias, pobres en botín, los ghāzī (guerreros de la fe islámica) no obtenían más que esclavos turcos (prisioneros o comprados a otros turcos), que por sus aptitudes guerreras se empezó a utilizarlos en las fuerzas samánidas. Estos primeros mamelucos turcos, iranizados e islamizados, resultaron ser de vital importancia por sus aptitudes militares y llegaron a ocupar importantes puestos políticos de confianza en el régimen samánida. De aquí surgirían los emires mamelucos Alp Tegīn y Sebük Tegīn, fundadores de la dinastía Gaznávida.

El historiador Daniel Pipes argumentó que el primer indicio de la clase militar mameluca tuvo sus raíces en la práctica de musulmanes tempranos como Zubayr ibn al-Awwam o Uthmán ibn Affán, de usar esclavos en la guerra. Tanto al-Awwam como ibn Affán poseían muchos esclavos desde antes del ascenso del islam, y practicaban la mawla (manumisión islámica de esclavos).[28]​ El ejército zubayrida bajo Abd Allah ibn al-Zubayr, hijo de Zubayr, utilizó a tales esclavos libertos durante la segunda guerra civil musulmana.[28]

Los historiadores coinciden en que la implementación masiva de una clase militar esclava como la de los mamelucos parece haberse desarrollado en las sociedades islámicas a partir del califato abasí del siglo IX con sede en Bagdad, bajo el califa abasí al-Muʿtaṣim.[29]​ Hasta la década de 1990, se creía ampliamente que los primeros mamelucos fueron conocidos como Ghilman o Ghulam[30] (otro término ampliamente sinónimo de esclavos) y fueron comprados por los califas abasíes, especialmente al-Mu'tasim (833–842). A partir del siglo IX, la guardia califal comenzó a ser nutrida, gracias a la lealtad samánida, de mamelucos turcos, llamados ghilman (sing. ghulam). Los ghilmam eran entrenados y educados a expensas de su amo y podían ganar su libertad a través de su dedicado servicio. A ellos se les obligaba a casarse con mujeres esclavas turcas, que fueron elegidas para ellos por sus amos. Algunos ghilman parecen haber vivido vidas célibes. Estos fueron introducidos durante el reinado del califa al-Mutásim (833-842), quien les demostró un gran favor y en ellos confió su guardia personal. Pronto, estos esclavos militarizados, armaron facciones dentro de la corte califal pugnando y exigiendo altos salarios por sus servicios. Se opusieron a la población árabe nativa, y los consiguientes disturbios contra estos ghilman en Bagdad obligaron a al-Mutásim a trasladar su capital a Samarra en 836. Los ghilman rápidamente acrecentaron su poder y su influencia, y bajo los débiles gobernantes que sucedieron a al-Mutásim, se convirtieron en verdaderos soberanos, dando lugar a un caso similar a lo que sucedió en el Imperio romano con la Guardia Pretoriana: se rebelaron varias veces durante la llamada Anarquía de Samarra que comenzó en 861, con el asesinato del califa al-Mutawákkil (hijo de al-Mutásim) por sus guardias ghilman turcos. Este había asumido el poder apoyado por dos jefes turcos, uno de los cuales fue asesinado. Su hijo y sucesor, al-Muntásir (hijo de una esclava griega), implicado en el asesinato de su padre, gobernó durante seis meses antes de su muerte, posiblemente envenenado por los jefes militares turcos. Fue sucedido por al-Musta'in (nieto de al-Mutásim). Divisiones dentro del liderazgo militar ghulam turco permitieron a al-Musta'in huir a Bagdad en 865 con el apoyo de algunos jefes turcos (Bugha al-Sharabi y Wasif al-Turki) y de los Tahiríes, pero el resto del ejército turco escogió en Samarra a un nuevo califa en la persona de al-Mu'tazz (segundo hijo de al-Mutawákkil) y se sitió de forma terrible a Bagdad, forzando la capitulación de la ciudad en 866. Al-Musta'in fue exiliado y ejecutado. Al-Mu'tazz fue capaz y enérgico, y trató de controlar a los jefes militares ghilman y excluir a estos militares de la administración civil. Sus políticas fueron resistidas, y en julio de 869 también fue depuesto y asesinado. Su sucesor, al-Muhtadi (hijo del califa al-Wáthiq), también trató de reafirmar la autoridad del califa, pero también fue asesinado en junio de 870. Con la muerte de al-Muhtadi y la ascensión de al-Mu'támid (tercer hijo de al-Mutawákkil), la facción turca liderada por Musa ibn Bugha al-Kabir, se alío con el hermano y regente de al-Mu'támid, el príncipe al-Muwaffaq, quien se convirtió en el hombre fuerte de la corte califal, poniendo fin a la anarquía. El primer sistema mameluco, propiamente dicho, habría sido un experimento a pequeña escala de al-Muwaffaq, combinando la eficacia como guerreros con una fiabilidad mejorada. El hecho de que en 892, al-Mu'tami volviese a Bagdad no cambio nada, puesto que los ghilman turcos habían hecho lo mismo poco antes. Aunque el califato abasí logró una modesta recuperación en las décadas siguientes, los problemas de la Anarquía de Samarra infligieron un gran y duradero daño a las estructuras y al prestigio del gobierno central abasí, alentando y facilitando las tendencias secesionistas y rebeldes de las provincias del califato. Uno de estos ghilman de Bagdad, Ahmad ibn Tulun, independizando a Egipto, fundaría una dinastía hereditaria, la de los Tuluníes, llevando a la disolución del califato abasí a mediados del siglo X.

Después de la fragmentación del califato abasida, los esclavos militares, conocidos como mamelucos o ghilman, se convirtieron en la base de poder militar en todo el mundo islámico. El Califato fatimí de Egipto arrebató a la fuerza de sus familias a adolescentes armenios, turcos, sudaneses y coptos para ser entrenados como soldados-esclavos, que formarían el grueso de su ejército y, a menudo, los cuadros de su administración. El poderoso visir Badr al-Jamali, por ejemplo, fue un mameluco de origen armenio. Otro ejemplo fue el general fatimí Chauhar al-Siqilí, el fundador de El Cairo, que era un mameluco de origen siciliano o eslavo. En Irán e Irak, la Dinastía búyida utilizó esclavos turcos a lo largo de su imperio, como el rebelde al-Basasiri, quien finalmente introdujo a los selyúcidas del sultán Tugrïl Beg en Bagdad, después de intentar una fallida rebelión chií en 1055. Cuando los posteriores abasidas recuperaron el control militar sobre Irak, también confiaron en los ghilman de origen turco.

El Imperio corasmio (1077-1231/1256), fue un fiel ejemplo de estado mameluco; su dinastía fue fundada por Anūsh Tegīn Gharchāī, un antiguo esclavo turco de los sultanes selyúcidas, que fue nombrado emir (gobernador) de Corasmia. Su hijo, Qutb ud-Dīn Muhammad I, se convirtió en el primer sah hereditario de Corasmia.

Otro estado mameluco fue el Sultanato de Delhi, fundado en 1210 en el norte de la India por el general gúrida Qutb al-Din Aybak, un esclavo de origen turco que a la muerte de su señor, el sultán Mu`izz ad-Dîn Muhammad Guri, se independizó dando inicio a un régimen de mamelucos, denominados de los reyes esclavos. Este régimen, a diferencia del mameluco egipcio, disponía de un territorio recientemente conquistado por el islam, y donde, por consiguiente, la mayoría de la población era de otra religión (la hindú); aparte, era de una cultura y lenguaje predominantemente persa, diametralmente opuesto al egipcio, donde sus súbditos eran, en su mayoría, árabes musulmanes.

La esclavitud militar siguió empleándose en todo el mundo islámico hasta el siglo XIX. En el Imperio otomano, El devşirme o "recolección" de jóvenes esclavos para el Cuerpo de jenízaros, duró hasta el siglo XVII, mientras que los regímenes basados en mamelucos prosperaron en las provincias otomanas del Levante y de Egipto hasta el siglo XIX.

Pero el caso de mayor importancia sería el ejemplo dado en Egipto durante el siglo XIII.

Los mamelucos de Egipto

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Un mameluco completamente armado.

Los mamelucos de Egipto provenían de Ucrania y Rusia meridional. En un principio, eran del pueblo turco Kipchak o Cumano, y más tarde de poblaciones guerreras del Cáucaso, en su mayoría circasianos. El comercio de mamelucos del Mar Negro estaba a cargo de los mercaderes genoveses.

Llegado a Egipto, y una vez admitido en una escuela (Hilqa o Tibaq) cuya tarea consistía en convertirlo en mameluco, el joven cautivo pasaba a estar bajo un instructor que sería el responsable de su formación militar (al-furusiya), y bajo su supervisión se le sometía a un adiestramiento especialmente riguroso. Los mamelucos vivían dentro de sus guarniciones y pasaban su tiempo entre ellos. Sus entretenimientos incluían eventos deportivos como competiciones de tiro con arco y presentaciones de habilidades de combate montadas por lo menos una vez a la semana. El entrenamiento intensivo y riguroso de cada nuevo recluta ayudó a asegurar la continuidad de las prácticas mamelucas.

Una vez recibida la instrucción militar por el sultán o sus jefes, pasaban de ser esclavos a hombres libres, si bien sujetos por lazos que recuerdan las fórmulas de servilismo del sistema feudal europeo. Entre los mamelucos estaban los pertenecientes a una elite especial, la del cuerpo de mamelucos reales, que habían sido comprados, instruidos y liberados por el propio sultán, y tenían guarnición en la ciudad del El Cairo.

Los sultanes poseían el mayor número de mamelucos, pero los emires también podían tener su propia fuerza de mamelucos. Muchos mamelucos subieron a altas posiciones en todo el imperio, incluyendo la jefatura del ejército. Al principio su estatus no era hereditario y se les impidió estrictamente seguir el oficio de su padre. Sin embargo, con el tiempo, en lugares como Egipto, las fuerzas mamelucas se vincularon con las estructuras existentes de poder y obtuvieron una significativa cantidad de influencia sobre esas estructuras.

En Egipto, los mamelucos georgianos conservaban su lengua materna. Eran conscientes de la política de la región del Cáucaso y recibían frecuentes visitas de sus padres u otros parientes. También enviaban regalos a sus familiares o enviaban dinero para construir estructuras útiles (una torre defensiva o, incluso, una iglesia) en sus aldeas nativas en Georgia.

Su igual procedencia, el uso por ellos de la misma lengua, distinta de la de los territorios donde se instalaban, su misma condición militar, su reconocido prestigio en el arte de la guerra y la historia personal de cada uno, similar a sus compañeros, les hicieron convertirse en un poder en sí mismo que no tardó en formar su propio sultanato.

Su papel fue crucial para proteger a Siria (que reconquistaron), Egipto y Palestina del Imperio mongol, así como para expulsar a los cruzados cristianos. Mantuvieron la custodia de las ciudades santas de La Meca y Medina y se instalaron en El Cairo. No persiguieron a las iglesias coptas ni a las comunidades judías, aunque fueron guardianes del islam en el conjunto social. El final de la dinastía llegó con la derrota en 1517 ante Selim I, sultán del Imperio otomano, pero ya con anterioridad la pérdida del control del tráfico comercial con Asia —como consecuencia de las nuevas rutas establecidas por Portugal a través del Cabo de Buena Esperanza— habían mermado su capacidad económica. Los mamelucos quedaron relegados al puesto de beys como gobernadores o en segundos niveles de la administración, aunque nuevamente irían recuperando su importancia hasta que, oficiosamente, controlaban Egipto en el momento de la conquista por Napoleón en 1798.

Sultanato mameluco de Egipto

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El sultanato mameluco de Egipto en 1279.

El sultanato mameluco de Egipto (en turco: Memlük Sultanlığı; en árabe: سلطنة المماليك, Salṭanat al-Mamālīk‎) fue un reino medieval que se extendía por Egipto, el Levante mediterráneo y el Heyaz. Duró desde la caída de la dinastía ayubí en 1250 hasta la conquista otomana de Egipto en 1517. Su capital fue El Cairo. Los historiadores han dividido tradicionalmente la etapa del dominio mameluco en dos períodos, uno, entre 1250-1382, y el otro, entre 1382-1517. Los historiadores occidentales llaman al primer período «baharita» y al segundo «buryí» debido a la dominación política de los regímenes conocidos por estos nombres durante las respectivas épocas. Los historiadores musulmanes contemporáneos se refieren a las mismas divisiones como los períodos «turco»[31][32][33][34][35]​ y «circasiano» para enfatizar el cambio en los orígenes étnicos de la mayoría de los mamelucos.

El Estado mameluco alcanzó su apogeo bajo la dominación turca, con la cultura árabe, y luego cayó en una prolongada fase de declive bajo la dominación circasiana.[36]​ La casta dirigente del sultanato consistió en mamelucos, soldados-esclavos, de origen cumanos-kipchakos (de Crimea),[37]​ de circasianos, de abjasios,[38]​ de oguzes[39]​ y de georgianos.[40][41]​ Dado que los mamelucos eran comprados, su estatus era superior al de los esclavos comunes, a quienes no se les permitía portar armas o realizar ciertas tareas. Los mamelucos eran considerados «verdaderos señores», con un estatus social superior al de los ciudadanos de Egipto. Aunque menguante al final de su existencia, el sultanato fue en su apogeo el cenit de la gloria política, económica y cultural de la Edad Media egipcia y levantina, en la Edad de Oro del islam.[42]

Otros regímenes mamelucos

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Asia meridional

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En 1206, el comandante mameluco de las fuerzas musulmanas gurida en el subcontinente indio, Qutb al-Din Aibak, se proclamó sultán, convirtiéndose en el primer soberano de la Dinastía mameluca y del Delhi. Dicha dinastía duró hasta 1290.

Los cuerpos mamelucos fueron introducidos por primera vez en Irak en 1702 por Hasan Pasha de Bagdad. Desde 1747 hasta 1831, Irak fue gobernado, con breves interrupciones, por oficiales mamelucos de origen georgiano, que lograron afirmar la autonomía de la Sublime Puerta, suprimieron las revueltas tribales, frenaron el poder de los jenízaros, restauraron el orden e introdujeron un programa de modernización de la economía y el ejército. En 1831 los otomanos derrocaron a Dawud Pasha, el último gobernante mameluco, y reimpusieron el control directo sobre Irak.

Bajo Napoleón

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Un patriota español apuñala a un mameluco en la revuelta del Dos de Mayo, en un célebre cuadro de Francisco de Goya.

El primer escuadrón de mamelucos fue formado en 1801 por 240 soldados, que regresaron con el Ejército de Oriente de la expedición en Egipto. Numerosos mamelucos formaron parte del ejército napoleónico, entre ellos Rustam Raza, quien sería el sirviente personal y guardaespaldas de Napoleón Bonaparte. Constituyeron un escuadrón adscrito a los cazadores a caballo de la Guardia Imperial y sirvieron en Bélgica. Tras la batalla de Austerlitz, se convirtieron en un regimiento.

Los mamelucos entraron en España en marzo de 1808, llegando a Madrid. Formaron parte de la escolta de honor del Gran Duque de Berg, Joachim Murat, y fueron acuartelados en Carabanchel, donde les sorprendió el levantamiento del 2 de mayo. Tras la caída del Primer Imperio, se dispersaron. Muchos de ellos fueron asesinados en Marsella durante el Terror Blanco.

Solían ir muy bien armados: disponían de un trabuco, una cimitarra, dos pistolas que solían llevar al cinto junto a un puñal, y una maza de armas o un hacha que llevaban pendiente del arzón de la silla de montar.

Arte mameluco

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Baptisterio de San Luis, célebre obra del arte mameluco (principios de siglo XIV).

La decoración se realiza con incrustaciones de piedras de diferentes colores, así como con un exquisito trabajo en madera que consistió en incrustaciones de motivos geométricos radiantes hechos en marquetería. Se utilizó también el esmalte y el vidrio, y lo que es más importante, las incrustaciones de metal. De este período datan el Baptisterio de San Luis, uno de los objetos islámicos más famosos, realizado por el orfebre Muhammad ibn al-Zayn y el Cubilete de Rothschild.

Arquitectura mameluca

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Interior del complejo Qalawun (terminado en 1283), El Cairo
 
Mezquita-madrasa del Sultán Hasán (1356-1359), El Cairo
 
Minarete de la mezquita de al-Maridani (1503-1504), El Cairo

La arquitectura mameluca corresponde al estilo de arquitectura islámica que floreció durante el reinado del sultanato mameluco (1250-1517), desarrollado especialmente en El Cairo medieval donde todavía es visible. Estaba fuertemente influenciada por la arquitectura del antiguo Egipto y por la arquitectura copta. El fervor religioso hizo de los gobernantes mamelucos generosos mecenas de la arquitectura y del arte. El comercio y la agricultura florecieron bajo el dominio mameluco, y El Cairo, su capital, se convirtió en una de las ciudades más ricas del Cercano Oriente y en el centro de una fuerte actividad artística e intelectual. Eso hizo que la ciudad fuera, en palabras del historiador y filósofo Ibn Jaldun (1332-1406), «el centro del universo y el jardín del mundo», con majestuosas cúpulas funerarias, patios y altísimos minaretes repartidos por toda la ciudad, que se respetaban como símbolos de conmemoración y culto.[43]

La historia de los mamelucos se divide en dos períodos basados en dos líneas dinásticas: los mamelucos bahrí (1250-1382) de origen kipchak de Rusia meridional, llamados así por la ubicación de sus cuarteles en el Nilo, y los mamelucos buryí (1382-1517) de origen circasiano, que estuvieron acuartelados en la ciudadela.

El reinado de los bahri definió el arte y la arquitectura de todo el período mameluco. Sus artes decorativas —especialmente el vidrio esmaltado y dorado, la metalistería con incrustaciones, la artesanía y ebanistería en madera y los textiles—, fueron apreciadas en todo el Mediterráneo y en Europa, donde tuvieron un profundo impacto en la producción local. La influencia de la cristalería mameluca en la industria del vidrio veneciano es solo uno de estos ejemplos.[44]

El reinado del aliado y sucesor de Baibars, al-Mansur Qalawun (r. 1280-1290), inició el mecenazgo de las fundaciones públicas y piadosas que incluían madrasas, mausoleos, minaretes y hospitales. Dichos complejos, bien dotados financieramente, no solo aseguraban la supervivencia de la riqueza del patrono —que podría peligrar debido a los problemas legales relacionados con la herencia y la confiscación de las fortunas familiares—sino que también perpetuaban su nombre. Además del complejo de Qalawun, otros empeños importantes de los sultanes bahrí fueron los de An-Nassir Muhammad ibn Qalawun (1295–1304), así como el inmenso y espléndido complejo de Hasán (comenzado 1356).[cita requerida]

Los sultanes buryí siguieron las tradiciones artísticas establecidas por sus predecesores bahríes. Sus textiles y alfombras fueron muy apreciados en el comercio internacional. En arquitectura, las fundaciones piadosas públicas continuaron siendo favorecidas. Los principales proyectos en el período temprano buryí en Egipto fueron los complejos emprendidos por Barquq (r. 1382-1399), Faraj (r. 1399-1412), Mu'ayyad Shaykh (r. 1412-1421) y Barsbay (r. 1422 -1438).[cita requerida]

En las provincias orientales del Mediterráneo, el lucrativo comercio de textiles entre Irán y Europa ayudó a reavivar la economía. También fue significativa la actividad comercial de los peregrinos que se dirigían a La Meca y a Medina. Se erigieron grandes almacenes, como el Khan al-Qadi (1441), para satisfacer el aumento del comercio. Otras fundaciones públicas en la región fueron las mezquitas de Aqbugha al-Utrush (Aleppo, 1139-1410) y Sabun (Damasco, 1464), así como la madrasa Jaqmaqiyya (Damasco, 1421).[cita requerida]

En la segunda mitad del siglo XV, las artes prosperaron bajo el patrocinio de Qaitbey (r. 1468-1496), el más grande de los últimos sultanes mamelucos. Durante su reinado, los santuarios de La Meca y Medina fueron ampliamente restaurados.[45]​ Las principales ciudades fueron dotadas con edificios comerciales, fundaciones religiosas y puentes. En El Cairo, el complejo de Qaitbey en el Cementerio del Norte (1472-1474) es la edificación más conocida y admirada de ese período.

La construcción continuó bajo el último sultán mameluco, al-Ashraf Qansuh al-Ghawri (r. 1501-1517), quien encargó su propio complejo (1503-1505); sin embargo, los métodos de construcción reflejaban las finanzas del estado. Aunque el reino mameluco pronto se incorporó al Imperio otomano (1517), la cultura visual mameluca continuó inspirando tradiciones artísticas islámicas y otomanas.[cita requerida]

«Mamelucos» brasileños

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Quizás con la misma etimología árabe (mamlūk: «poseído») aunada por la similitud fonética a una palabra aborigen (maloka: «aldea»), en Brasil se llamó mamelucos o mamalucos (o, luego, malucos) a los conjuntos de guerreros aborígenes (principalmente tupíes) o mestizos (caboclos) que luchaban a las órdenes de los portugueses o de los bandeirantes brasileños, especialmente efectuando incursiones (malocas) para capturar esclavos de otras etnias aborígenes, en especial los de orígenes guaraníes que vivían en las Misiones.

Bibliografía

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Ayalon, David, Le Phénomene mamelouk dans l’Orient islamique, París, PUF, 1996. ISBN 2-13-047806-9.

Referencias

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  1. Levanoni, Amalia (2010). «PART II: EGYPT AND SYRIA (ELEVENTH CENTURY UNTIL THE OTTOMAN CONQUEST) – The Mamlūks in Egypt and Syria: the Turkish Mamlūk sultanate (648–784/1250–1382) and the Circassian Mamlūk sultanate (784–923/1382–1517)». En Fierro, Maribel, ed. The New Cambridge History of Islam, Volume 2: The Western Islamic World, Eleventh to Eighteenth Centuries. Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 237-284. ISBN 978-1-139-05615-1. doi:10.1017/CHOL9780521839570.010. «The Arabic term mamlūk literally means 'owned' or 'slave', and was used for the White Turkish slaves of Pagan origins, purchased from Central Asia and the Eurasian steppes by Muslim rulers to serve as soldiers in their armies. Mamlūk units formed an integral part of Muslim armies from the third/ninth century, and Mamlūk involvement in government became an increasingly familiar occurrence in the medieval Middle East. The road to absolute rule lay open before them in Egypt when the Mamlūk establishment gained military and political domination during the reign of the Ayyūbid ruler of Egypt, al-Ṣāliḥ Ayyūb (r. 637–47/1240–9).» 
  2. «Warrior kings: A look at the history of the Mamluks». The Report – Egypt 2012: The Guide. Oxford Business Group. 2012. pp. 332-334. Archivado desde el original el 25 de septiembre de 2020. Consultado el 1 de marzo de 2021. «The Mamluks, who descended from non-Arab slaves who were naturalised to serve and fight for ruling Arab dynasties, are revered as some of the greatest warriors the world has ever known. Although the word mamluk translates as "one who is owned", the Mamluk soldiers proved otherwise, gaining a powerful military standing in various Muslim societies, particularly in Egypt. They would also go on to hold political power for several centuries during a period known as the Mamluk Sultanate of Egypt. [...] Before the Mamluks rose to power, there was a long history of slave soldiers in the Middle East, with many recruited into Arab armies by the Abbasid rulers of Baghdad in the ninth century. The tradition was continued by the dynasties that followed them, including the Fatimids and Ayyubids (it was the Fatimids who built the foundations of what is now Islamic Cairo). For centuries, the rulers of the Arab world recruited men from the lands of the Caucasus and Central Asia. It is hard to discern the precise ethnic background of the Mamluks, given that they came from a number of ethnically mixed regions, but most are thought to have been Turkic (mainly Kipchak and Cuman) or from the Caucasus (predominantly Circassian, but also Armenian and Georgian). The Mamluks were recruited forcibly to reinforce the armies of Arab rulers. As outsiders, they had no local loyalties, and would thus fight for whoever owned them, not unlike mercenaries. Furthermore, the Turks and Circassians had a ferocious reputation as warriors. The slaves were either purchased or abducted as boys, around the age of 13, and brought to the cities, most notably to Cairo and its Citadel. Here they would be converted to Islam and would be put through a rigorous military training regime that focused particularly on horsemanship. A code of behaviour not too dissimilar to that of the European knights' Code of Chivalry was also inculcated and was known as Furusiyya. As in many military establishments to this day the authorities sought to instil an esprit de corps and a sense of duty among the young men. The Mamluks would have to live separately from the local populations in their garrisons, which included the Citadel and Rhoda Island, also in Cairo.» 
  3. Freamon, Bernard K. (2019). «The "Mamluk/Ghulam Phenomenon" – Slave Sultans, Soldiers, Eunuchs, and Concubines». En Freamon, Bernard K., ed. Possessed by the Right Hand: The Problem of Slavery in Islamic Law and Muslim Cultures. Studies in Global Slavery 8. Leiden: Brill Publishers. pp. 219-244. ISBN 978-90-04-36481-3. S2CID 191690007. doi:10.1163/9789004398795_006. «Ibn Khaldun argued that in the midst of the decadence that became the hallmark of the later Abbasid Caliphate, providence restored the "glory and the unity" of the Islamic faith by sending the Mamluks: "loyal helpers, who were brought from the House of War to the House of Islam under the rule of slavery, which hides in itself a divine blessing." His expression of the idea that slavery, considered to be a degrading social condition to be avoided at all costs, might contain "a divine blessing", was the most articulate expression of Muslim thinking on slavery since the early days of Islam. Ibn Khaldun's general observation about the paradoxical nature of slavery brings to mind Hegel's reflections on the subject some five hundred years later. The great philosopher observed that, in many instances, it is the slave who ultimately gains the independent consciousness and power to become the actual master of his or her owner. The Mamluk/Ghulam Phenomenon is a good historical example of this paradox.» 
  4. Stowasser, Karl (1984). «Manners and Customs at the Mamluk Court». Muqarnas (Leiden: Brill Publishers) 2 (The Art of the Mamluks): 13-20. ISSN 0732-2992. JSTOR 1523052. S2CID 191377149. doi:10.2307/1523052. «The Mamluk slave warriors, with an empire extending from Libya to the Euphrates, from Cilicia to the Arabian Sea and the Sudan, remained for the next two hundred years the most formidable power of the Eastern Mediterranean and the Indian Ocean – champions of Sunni orthodoxy, guardians of Islam's holy places, their capital, Cairo, the seat of the Sunni caliph and a magnet for scholars, artists, and craftsmen uprooted by the Mongol upheaval in the East or drawn to it from all parts of the Muslim world by its wealth and prestige. Under their rule, Egypt passed through a period of prosperity and brilliance unparalleled since the days of the Ptolemies. [...] They ruled as a military aristocracy, aloof and almost totally isolated from the native population, Muslim and non-Muslim alike, and their ranks had to be replenished in each generation through fresh imports of slaves from abroad. Only those who had grown up outside Muslim territory and who entered as slaves in the service either of the sultan himself or of one of the Mamluk emirs were eligible for membership and careers within their closed military caste. The offspring of Mamluks were free-born Muslims and hence excluded from the system: they became the awlād al-nās, the "sons of respectable people", who either fulfilled scribal and administrative functions or served as commanders of the non-Mamluk ḥalqa troops. Some two thousand slaves were imported annually: Qipchaq, Azeris, Uzbec Turks, Mongols, Avars, Circassians, Georgians, Armenians, Greeks, Bulgars, Albanians, Serbs, Hungarians 
  5. Poliak, A. N. (2005). «The Influence of C̱ẖingiz-Ḵẖān's Yāsa upon the General Organization of the Mamlūk State». En Hawting, Gerald R., ed. Muslims, Mongols, and Crusaders: An Anthology of Articles Published in the "Bulletin of the School of Oriental and African Studies". Bulletin of the School of Oriental and African Studies, University of London (en inglés) 10 (4). London and New York City: Routledge (publicado el 1942). pp. 27-41. ISBN 978-0-7007-1393-6. JSTOR 609130. S2CID 155480831. doi:10.1017/S0041977X0009008X. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 2 de enero de 2024. Consultado el 1 de marzo de 2021. 
  6. a b Levanoni, Amalia (2010). «PART II: EGYPT AND SYRIA (ELEVENTH CENTURY UNTIL THE OTTOMAN CONQUEST) – The Mamlūks in Egypt and Syria: the Turkish Mamlūk sultanate (648–784/1250–1382) and the Circassian Mamlūk sultanate (784–923/1382–1517)». En Fierro, Maribel, ed. The New Cambridge History of Islam, Volume 2: The Western Islamic World, Eleventh to Eighteenth Centuries. Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 237-284. ISBN 978-1-139-05615-1. doi:10.1017/CHOL9780521839570.010. «The Arabic term mamlūk literally means 'owned' or 'slave', and was used for the White Turkish slaves of Pagan origins, purchased from Central Asia and the Eurasian steppes by Muslim rulers to serve as soldiers in their armies. Mamlūk units formed an integral part of Muslim armies from the third/ninth century, and Mamlūk involvement in government became an increasingly familiar occurrence in the medieval Middle East. The road to absolute rule lay open before them in Egypt when the Mamlūk establishment gained military and political domination during the reign of the Ayyūbid ruler of Egypt, al-Ṣāliḥ Ayyūb (r. 637–47/1240–9).» 
  7. a b «Warrior kings: A look at the history of the Mamluks». The Report – Egypt 2012: The Guide. Oxford Business Group. 2012. pp. 332-334. Archivado desde el original el 25 de septiembre de 2020. Consultado el 1 de marzo de 2021. «The Mamluks, who descended from non-Arab slaves who were naturalised to serve and fight for ruling Arab dynasties, are revered as some of the greatest warriors the world has ever known. Although the word mamluk translates as "one who is owned", the Mamluk soldiers proved otherwise, gaining a powerful military standing in various Muslim societies, particularly in Egypt. They would also go on to hold political power for several centuries during a period known as the Mamluk Sultanate of Egypt. [...] Before the Mamluks rose to power, there was a long history of slave soldiers in the Middle East, with many recruited into Arab armies by the Abbasid rulers of Baghdad in the ninth century. The tradition was continued by the dynasties that followed them, including the Fatimids and Ayyubids (it was the Fatimids who built the foundations of what is now Islamic Cairo). For centuries, the rulers of the Arab world recruited men from the lands of the Caucasus and Central Asia. It is hard to discern the precise ethnic background of the Mamluks, given that they came from a number of ethnically mixed regions, but most are thought to have been Turkic (mainly Kipchak and Cuman) or from the Caucasus (predominantly Circassian, but also Armenian and Georgian). The Mamluks were recruited forcibly to reinforce the armies of Arab rulers. As outsiders, they had no local loyalties, and would thus fight for whoever owned them, not unlike mercenaries. Furthermore, the Turks and Circassians had a ferocious reputation as warriors. The slaves were either purchased or abducted as boys, around the age of 13, and brought to the cities, most notably to Cairo and its Citadel. Here they would be converted to Islam and would be put through a rigorous military training regime that focused particularly on horsemanship. A code of behaviour not too dissimilar to that of the European knights' Code of Chivalry was also inculcated and was known as Furusiyya. As in many military establishments to this day the authorities sought to instil an esprit de corps and a sense of duty among the young men. The Mamluks would have to live separately from the local populations in their garrisons, which included the Citadel and Rhoda Island, also in Cairo.» 
  8. a b «Mamluk». Encyclopædia Britannica. Edinburgh: Encyclopædia Britannica, Inc. 11 de febrero de 2023. Archivado desde el original el 21 de enero de 2016. Consultado el 4 de abril de 2023. «Mamluk, also spelled Mameluke, slave soldier, a member of one of the armies of slaves established during the Abbasid era that later won political control of several Muslim states. Under the Ayyubid sultanate, Mamluk generals used their power to establish a dynasty that ruled Egypt and Syria from 1250 to 1517. The name is derived from an Arabic word for slave. The use of Mamluks as a major component of Muslim armies became a distinct feature of Islamic civilization as early as the 9th century CE. The practice was begun in Baghdad by the ʿAbbasid caliph al-Muʿtaṣim (833–842), and it soon spread throughout the Muslim world.» 
  9. a b Richards, Donald S. (1998). «Chapter 3: Mamluk amirs and their families and households». En Philipp, Thomas; Haarmann, Ulrich, eds. The Mamluks in Egyptian Politics and Society. Cambridge Studies in Islamic Civilization (en inglés). Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 32-54. ISBN 978-0-521-03306-0. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 4 de abril de 2023. Consultado el 4 de abril de 2023. 
  10. Stowasser, Karl (1984). «Manners and Customs at the Mamluk Court». Muqarnas (Leiden: Brill Publishers) 2 (The Art of the Mamluks): 13-20. ISSN 0732-2992. JSTOR 1523052. S2CID 191377149. doi:10.2307/1523052. «The Mamluk slave warriors, with an empire extending from Libya to the Euphrates, from Cilicia to the Arabian Sea and the Sudan, remained for the next two hundred years the most formidable power of the Eastern Mediterranean and the Indian Ocean – champions of Sunni orthodoxy, guardians of Islam's holy places, their capital, Cairo, the seat of the Sunni caliph and a magnet for scholars, artists, and craftsmen uprooted by the Mongol upheaval in the East or drawn to it from all parts of the Muslim world by its wealth and prestige. Under their rule, Egypt passed through a period of prosperity and brilliance unparalleled since the days of the Ptolemies. [...] They ruled as a military aristocracy, aloof and almost totally isolated from the native population, Muslim and non-Muslim alike, and their ranks had to be replenished in each generation through fresh imports of slaves from abroad. Only those who had grown up outside Muslim territory and who entered as slaves in the service either of the sultan himself or of one of the Mamluk emirs were eligible for membership and careers within their closed military caste. The offspring of Mamluks were free-born Muslims and hence excluded from the system: they became the awlād al-nās, the "sons of respectable people", who either fulfilled scribal and administrative functions or served as commanders of the non-Mamluk ḥalqa troops. Some two thousand slaves were imported annually: Qipchaq, Azeris, Uzbec Turks, Mongols, Avars, Circassians, Georgians, Armenians, Greeks, Bulgars, Albanians, Serbs, Hungarians 
  11. Behrens-Abouseif, Doris. Cairo of the Mamluks: A History of Architecture and Its Culture. New York: Macmillan, 2008.
  12. a b Levanoni, Amalia (2010). «PART II: EGYPT AND SYRIA (ELEVENTH CENTURY UNTIL THE OTTOMAN CONQUEST) – The Mamlūks in Egypt and Syria: the Turkish Mamlūk sultanate (648–784/1250–1382) and the Circassian Mamlūk sultanate (784–923/1382–1517)». En Fierro, Maribel, ed. The New Cambridge History of Islam, Volume 2: The Western Islamic World, Eleventh to Eighteenth Centuries. Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 237-284. ISBN 978-1-139-05615-1. doi:10.1017/CHOL9780521839570.010. «The Arabic term mamlūk literally means 'owned' or 'slave', and was used for the White Turkish slaves of Pagan origins, purchased from Central Asia and the Eurasian steppes by Muslim rulers to serve as soldiers in their armies. Mamlūk units formed an integral part of Muslim armies from the third/ninth century, and Mamlūk involvement in government became an increasingly familiar occurrence in the medieval Middle East. The road to absolute rule lay open before them in Egypt when the Mamlūk establishment gained military and political domination during the reign of the Ayyūbid ruler of Egypt, al-Ṣāliḥ Ayyūb (r. 637–47/1240–9).» 
  13. a b «Warrior kings: A look at the history of the Mamluks». The Report – Egypt 2012: The Guide. Oxford Business Group. 2012. pp. 332-334. Archivado desde el original el 25 de septiembre de 2020. Consultado el 1 de marzo de 2021. «The Mamluks, who descended from non-Arab slaves who were naturalised to serve and fight for ruling Arab dynasties, are revered as some of the greatest warriors the world has ever known. Although the word mamluk translates as "one who is owned", the Mamluk soldiers proved otherwise, gaining a powerful military standing in various Muslim societies, particularly in Egypt. They would also go on to hold political power for several centuries during a period known as the Mamluk Sultanate of Egypt. [...] Before the Mamluks rose to power, there was a long history of slave soldiers in the Middle East, with many recruited into Arab armies by the Abbasid rulers of Baghdad in the ninth century. The tradition was continued by the dynasties that followed them, including the Fatimids and Ayyubids (it was the Fatimids who built the foundations of what is now Islamic Cairo). For centuries, the rulers of the Arab world recruited men from the lands of the Caucasus and Central Asia. It is hard to discern the precise ethnic background of the Mamluks, given that they came from a number of ethnically mixed regions, but most are thought to have been Turkic (mainly Kipchak and Cuman) or from the Caucasus (predominantly Circassian, but also Armenian and Georgian). The Mamluks were recruited forcibly to reinforce the armies of Arab rulers. As outsiders, they had no local loyalties, and would thus fight for whoever owned them, not unlike mercenaries. Furthermore, the Turks and Circassians had a ferocious reputation as warriors. The slaves were either purchased or abducted as boys, around the age of 13, and brought to the cities, most notably to Cairo and its Citadel. Here they would be converted to Islam and would be put through a rigorous military training regime that focused particularly on horsemanship. A code of behaviour not too dissimilar to that of the European knights' Code of Chivalry was also inculcated and was known as Furusiyya. As in many military establishments to this day the authorities sought to instil an esprit de corps and a sense of duty among the young men. The Mamluks would have to live separately from the local populations in their garrisons, which included the Citadel and Rhoda Island, also in Cairo.» 
  14. a b «Mamluk». Encyclopædia Britannica. Edinburgh: Encyclopædia Britannica, Inc. 11 de febrero de 2023. Archivado desde el original el 21 de enero de 2016. Consultado el 4 de abril de 2023. «Mamluk, also spelled Mameluke, slave soldier, a member of one of the armies of slaves established during the Abbasid era that later won political control of several Muslim states. Under the Ayyubid sultanate, Mamluk generals used their power to establish a dynasty that ruled Egypt and Syria from 1250 to 1517. The name is derived from an Arabic word for slave. The use of Mamluks as a major component of Muslim armies became a distinct feature of Islamic civilization as early as the 9th century CE. The practice was begun in Baghdad by the ʿAbbasid caliph al-Muʿtaṣim (833–842), and it soon spread throughout the Muslim world.» 
  15. a b Stowasser, Karl (1984). «Manners and Customs at the Mamluk Court». Muqarnas (Leiden: Brill Publishers) 2 (The Art of the Mamluks): 13-20. ISSN 0732-2992. JSTOR 1523052. S2CID 191377149. doi:10.2307/1523052. «The Mamluk slave warriors, with an empire extending from Libya to the Euphrates, from Cilicia to the Arabian Sea and the Sudan, remained for the next two hundred years the most formidable power of the Eastern Mediterranean and the Indian Ocean – champions of Sunni orthodoxy, guardians of Islam's holy places, their capital, Cairo, the seat of the Sunni caliph and a magnet for scholars, artists, and craftsmen uprooted by the Mongol upheaval in the East or drawn to it from all parts of the Muslim world by its wealth and prestige. Under their rule, Egypt passed through a period of prosperity and brilliance unparalleled since the days of the Ptolemies. [...] They ruled as a military aristocracy, aloof and almost totally isolated from the native population, Muslim and non-Muslim alike, and their ranks had to be replenished in each generation through fresh imports of slaves from abroad. Only those who had grown up outside Muslim territory and who entered as slaves in the service either of the sultan himself or of one of the Mamluk emirs were eligible for membership and careers within their closed military caste. The offspring of Mamluks were free-born Muslims and hence excluded from the system: they became the awlād al-nās, the "sons of respectable people", who either fulfilled scribal and administrative functions or served as commanders of the non-Mamluk ḥalqa troops. Some two thousand slaves were imported annually: Qipchaq, Azeris, Uzbec Turks, Mongols, Avars, Circassians, Georgians, Armenians, Greeks, Bulgars, Albanians, Serbs, Hungarians 
  16. a b c Richards, Donald S. (1998). «Chapter 3: Mamluk amirs and their families and households». En Philipp, Thomas; Haarmann, Ulrich, eds. The Mamluks in Egyptian Politics and Society. Cambridge Studies in Islamic Civilization (en inglés). Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 32-54. ISBN 978-0-521-03306-0. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 4 de abril de 2023. Consultado el 4 de abril de 2023. 
  17. a b Levanoni, Amalia (2010). «PART II: EGYPT AND SYRIA (ELEVENTH CENTURY UNTIL THE OTTOMAN CONQUEST) – The Mamlūks in Egypt and Syria: the Turkish Mamlūk sultanate (648–784/1250–1382) and the Circassian Mamlūk sultanate (784–923/1382–1517)». En Fierro, Maribel, ed. The New Cambridge History of Islam, Volume 2: The Western Islamic World, Eleventh to Eighteenth Centuries. Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 237-284. ISBN 978-1-139-05615-1. doi:10.1017/CHOL9780521839570.010. «The Arabic term mamlūk literally means 'owned' or 'slave', and was used for the White Turkish slaves of Pagan origins, purchased from Central Asia and the Eurasian steppes by Muslim rulers to serve as soldiers in their armies. Mamlūk units formed an integral part of Muslim armies from the third/ninth century, and Mamlūk involvement in government became an increasingly familiar occurrence in the medieval Middle East. The road to absolute rule lay open before them in Egypt when the Mamlūk establishment gained military and political domination during the reign of the Ayyūbid ruler of Egypt, al-Ṣāliḥ Ayyūb (r. 637–47/1240–9).» 
  18. a b «Warrior kings: A look at the history of the Mamluks». The Report – Egypt 2012: The Guide. Oxford Business Group. 2012. pp. 332-334. Archivado desde el original el 25 de septiembre de 2020. Consultado el 1 de marzo de 2021. «The Mamluks, who descended from non-Arab slaves who were naturalised to serve and fight for ruling Arab dynasties, are revered as some of the greatest warriors the world has ever known. Although the word mamluk translates as "one who is owned", the Mamluk soldiers proved otherwise, gaining a powerful military standing in various Muslim societies, particularly in Egypt. They would also go on to hold political power for several centuries during a period known as the Mamluk Sultanate of Egypt. [...] Before the Mamluks rose to power, there was a long history of slave soldiers in the Middle East, with many recruited into Arab armies by the Abbasid rulers of Baghdad in the ninth century. The tradition was continued by the dynasties that followed them, including the Fatimids and Ayyubids (it was the Fatimids who built the foundations of what is now Islamic Cairo). For centuries, the rulers of the Arab world recruited men from the lands of the Caucasus and Central Asia. It is hard to discern the precise ethnic background of the Mamluks, given that they came from a number of ethnically mixed regions, but most are thought to have been Turkic (mainly Kipchak and Cuman) or from the Caucasus (predominantly Circassian, but also Armenian and Georgian). The Mamluks were recruited forcibly to reinforce the armies of Arab rulers. As outsiders, they had no local loyalties, and would thus fight for whoever owned them, not unlike mercenaries. Furthermore, the Turks and Circassians had a ferocious reputation as warriors. The slaves were either purchased or abducted as boys, around the age of 13, and brought to the cities, most notably to Cairo and its Citadel. Here they would be converted to Islam and would be put through a rigorous military training regime that focused particularly on horsemanship. A code of behaviour not too dissimilar to that of the European knights' Code of Chivalry was also inculcated and was known as Furusiyya. As in many military establishments to this day the authorities sought to instil an esprit de corps and a sense of duty among the young men. The Mamluks would have to live separately from the local populations in their garrisons, which included the Citadel and Rhoda Island, also in Cairo.» 
  19. a b «Mamluk». Encyclopædia Britannica. Edinburgh: Encyclopædia Britannica, Inc. 11 de febrero de 2023. Archivado desde el original el 21 de enero de 2016. Consultado el 4 de abril de 2023. «Mamluk, also spelled Mameluke, slave soldier, a member of one of the armies of slaves established during the Abbasid era that later won political control of several Muslim states. Under the Ayyubid sultanate, Mamluk generals used their power to establish a dynasty that ruled Egypt and Syria from 1250 to 1517. The name is derived from an Arabic word for slave. The use of Mamluks as a major component of Muslim armies became a distinct feature of Islamic civilization as early as the 9th century CE. The practice was begun in Baghdad by the ʿAbbasid caliph al-Muʿtaṣim (833–842), and it soon spread throughout the Muslim world.» 
  20. a b Stowasser, Karl (1984). «Manners and Customs at the Mamluk Court». Muqarnas (Leiden: Brill Publishers) 2 (The Art of the Mamluks): 13-20. ISSN 0732-2992. JSTOR 1523052. S2CID 191377149. doi:10.2307/1523052. «The Mamluk slave warriors, with an empire extending from Libya to the Euphrates, from Cilicia to the Arabian Sea and the Sudan, remained for the next two hundred years the most formidable power of the Eastern Mediterranean and the Indian Ocean – champions of Sunni orthodoxy, guardians of Islam's holy places, their capital, Cairo, the seat of the Sunni caliph and a magnet for scholars, artists, and craftsmen uprooted by the Mongol upheaval in the East or drawn to it from all parts of the Muslim world by its wealth and prestige. Under their rule, Egypt passed through a period of prosperity and brilliance unparalleled since the days of the Ptolemies. [...] They ruled as a military aristocracy, aloof and almost totally isolated from the native population, Muslim and non-Muslim alike, and their ranks had to be replenished in each generation through fresh imports of slaves from abroad. Only those who had grown up outside Muslim territory and who entered as slaves in the service either of the sultan himself or of one of the Mamluk emirs were eligible for membership and careers within their closed military caste. The offspring of Mamluks were free-born Muslims and hence excluded from the system: they became the awlād al-nās, the "sons of respectable people", who either fulfilled scribal and administrative functions or served as commanders of the non-Mamluk ḥalqa troops. Some two thousand slaves were imported annually: Qipchaq, Azeris, Uzbec Turks, Mongols, Avars, Circassians, Georgians, Armenians, Greeks, Bulgars, Albanians, Serbs, Hungarians 
  21. Poliak, A. N. (2005) [1942]. «The Influence of C̱ẖingiz-Ḵẖān's Yāsa upon the General Organization of the Mamlūk State». En Hawting, Gerald R., ed. Muslims, Mongols, and Crusaders: An Anthology of Articles Published in the "Bulletin of the School of Oriental and African Studies". Bulletin of the School of Oriental and African Studies, University of London 10 (4). London and New York City: Routledge. pp. 27-41. ISBN 978-0-7007-1393-6. JSTOR 609130. S2CID 155480831. doi:10.1017/S0041977X0009008X. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 2 de enero de 2024. Consultado el 1 de marzo de 2021. 
  22. a b Richards, Donald S. (1998). «Chapter 3: Mamluk amirs and their families and households». En Philipp, Thomas; Haarmann, Ulrich, eds. The Mamluks in Egyptian Politics and Society. Cambridge Studies in Islamic Civilization (en inglés). Cambridge and New York City: Cambridge University Press. pp. 32-54. ISBN 978-0-521-03306-0. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 4 de abril de 2023. Consultado el 4 de abril de 2023. 
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  24. Freamon, Bernard K. (2019). «The "Mamluk/Ghulam Phenomenon" – Slave Sultans, Soldiers, Eunuchs, and Concubines». En Freamon, Bernard K., ed. Possessed by the Right Hand: The Problem of Slavery in Islamic Law and Muslim Cultures. Studies in Global Slavery 8. Leiden: Brill Publishers. pp. 219-244. ISBN 978-90-04-36481-3. S2CID 191690007. doi:10.1163/9789004398795_006. «Ibn Khaldun argued that in the midst of the decadence that became the hallmark of the later Abbasid Caliphate, providence restored the "glory and the unity" of the Islamic faith by sending the Mamluks: "loyal helpers, who were brought from the House of War to the House of Islam under the rule of slavery, which hides in itself a divine blessing." His expression of the idea that slavery, considered to be a degrading social condition to be avoided at all costs, might contain "a divine blessing", was the most articulate expression of Muslim thinking on slavery since the early days of Islam. Ibn Khaldun's general observation about the paradoxical nature of slavery brings to mind Hegel's reflections on the subject some five hundred years later. The great philosopher observed that, in many instances, it is the slave who ultimately gains the independent consciousness and power to become the actual master of his or her owner. The Mamluk/Ghulam Phenomenon is a good historical example of this paradox.» 
  25. Ayalon, David (1979). The Mamlūk military society. Variorum Reprints. ISBN 978-0-86078-049-6. 
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