Enrique, duque de Cornualles

El primer Enrique, Duque de Cornualles (1 de enero - 22 de febrero de 1511) era el mayor y el heredero, de Enrique VIII y de Catalina de Aragón. Nació el 1 de enero de 1511, dieciocho meses después del matrimonio y coronación de sus padres.

El rey Enrique VIII y la reina planearon extravagantes ceremonias con motivos de la coronación y del nacimiento de su primer hijo, que inmediatamente recibió el título de duque de Cornualles para luego en edad adulta ser príncipe de Gales, rey de Inglaterra y el tercer rey de la dinastía Tudor. Conocido como "Little Prince Hal" y "the New Year's Boy" y querido por todo el reino, el joven príncipe murió el 22 de febrero de 1511 de repente. La causa de su muerte no fue registrada.

El segundo Enrique (diciembre de 1514) fue el tercer hijo varón y cuarto descendiente de Enrique VIII y de Catalina de Aragón. Poco se sabe del Príncipe, que murió al mes de nacer.

Algunas fuentes afirman que Enrique VIII y su segunda esposa, Ana Bolena, tuvieron al que pusieron de nombre Enrique que murió pocas horas después del nacimiento. Si es así, habría sido duque de Cornualles. Sin embargo, la mayoría de las fuentes indican que este embarazo terminó en un aborto involuntario o muerte.

Teniendo en cuenta que Enrique buscaba un heredero varón y que Catalina no diera a luz a ninguno que llegase a edad adulta, fue este motivo lo que llevó a Enrique a anular el matrimonio con la reina.

Cabe señalar que la “anulación” matrimonial no es posible, deducción lógica que se sigue de la propia naturaleza de dicho sacramento, y que es reflejada en las fórmulas “hasta que la muerte nos separe” y “lo que ha unido Dios, que no lo separe el hombre” como en el pasaje bíblico en el que a Cristo se le pregunta directamente sobre esta cuestión (Mt. 19, 1-9); sino que solo cabe la “nulidad”, término que posee un significado muy distinto, pues que es el reconocimiento y declaración por parte de la Iglesia de que, en el momento en el debía haberse contraído y establecido este vínculo sacramental, en realidad y de hecho, nunca tuvo lugar (debido a que no se diesen las condiciones sine qua non para que este vínculo pueda tener lugar que se basa en la donación libre y por entero a Dios por medio del cónyuge -enfermedad ocultada al cónyuge, puesto que cercena la capacidad de acoger libremente esa parte que también conforma al esposo/a; entre otras…-). Enrique VIII quería “anular” el vínculo por motivos a posteriori, siendo lo cual inviable.

Ante los motivos a posteriori del monarca, basados no en la inexistencia del vínculo sino en su deseo de cortarlo al no obtener de su esposa el vástago que le asegurase sucesión en el trono, no existía razón que justificase la nulidad.

Esto dio lugar a que Enrique VIII, afanado en obtener irrevocablemente esa descendencia, abandonase la Iglesia, produciendo el cisma que daría lugar al anglicanismo o iglesia anglicana.

• Weir, Alison (1999). Britain's Royal Family: A Complete Genealogy. Londres: The Bodley Head. p. 152. 
• Ashley, Mike (2002). British Kings & Queens. Carroll & Graf. p. 237. ISBN 0-7867-1104-3.