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El Baile Tradicional Gallego

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Identificación del bien cultural

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El bien cultural que trataremos en este análisis es el bien inmaterial del baile tradicional gallego, puesto que se trata de una muestra sumamente relevante de la identidad de este pueblo, además de estar ligado a un representativo movimiento cultural que existe en la comunidad ligado a la música.

Localización

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En cuanto a su localización, es difícil establecer límites geográficos a una expresión cultural que no es matérica, pues más que en un lugar territorial se hace presente allá donde sus usuarios la llevan a cabo y la difunden. Sin embargo, podemos decir que es en Galicia donde nace esta manifestación como signo de su espíritu, y allí crece y se conserva.

Titularidad y protección legal.

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El patrimonio cultural de Galicia, según la Ley 5/2016, de 4 de mayo, incluye los bienes, tanto muebles como inmuebles, las expresiones inmateriales que poseen un valor artístico, histórico, arquitectónico, arqueológico, paleontológico, etnológico, antropológico, industrial, científico, técnico, documental o bibliográfico. Estos elementos son considerados esenciales para preservar, reconocer y mantener la identidad cultural gallega a lo largo del tiempo. También forman parte de este patrimonio los bienes o manifestaciones inmateriales que, aunque creados fuera de Galicia, tengan alguno de estos valores y se encuentren en su territorio.

Por otro lado, considerando el baile tradicional gallego parte tanto del patrimonio cultural inmaterial como del patrimonio etnográfico, su protección ya vendría contemplada en la ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Según el artículo 46: Forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales[1]​.

Además, el art. 47.2. especifica: Se considera que tienen valor etnográfico y gozarán de protección administrativa aquellos conocimientos o actividades que procedan de modelos o técnicas tradicionales utilizados por una determinada comunidad. Cuando se trate de conocimientos o actividades que se hallen en previsible peligro de desaparecer, la Administración competente adoptará las medidas oportunas conducentes al estudio y documentación científicos de estos bienes[2]​.

La titularidad y la protección legal que se atribuye al baile tradicional gallego se encuentra recogida en el Diario Oficial de Galicia (DOG) del 26 de abril de 2018, emitido por la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria de Galicia. La resolución de este procedimiento concuerda con que el baile tradicional gallego debe de ser declarado como (BIC) en lo que se refiere a la cultura del patrimonio inmaterial de Galicia. Esta medida responde a su valor cultural, histórico y social en Galicia, reflejando una identidad arraigada y distintiva.

En el DOG se resalta la importancia de este baile tradicional debido a que compone una expresión transmitida de generación en generación, artística y cultural que define la identidad del pueblo gallego desde sus orígenes. Esta expresión artística confiere cohesión social y encuentra sus raíces en tradiciones de los siglos XIX y XX.

Dentro del marco legal también es importante destacar la Convención de la UNESCO del año 2003, que no es ratificada en España hasta el 2015, que aboga por salvaguardar y proteger el patrimonio cultural inmaterial, además del Plan Nacional de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

Estos subrayan la necesidad de proteger este tipo de patrimonio inmaterial, documentando, investigando, promocionando, reconociendo tanto a las asociaciones como a los maestros que lo preservan y continuando con la transmisión de esta tradición en Galicia. El baile tradicional gallego no es solo una actividad lúdica, sino que es un símbolo cultural que ha ido evolucionando con el paso de los años adaptándose al contexto histórico y social[3]​.

Por último, la Resolución del 10 de octubre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el procedimiento para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial la música y el baile tradicionales de Galicia, es una de las últimas pruebas donde se demuestra esa continua reivindicación del baile gallego y se continúa insistiendo en que se declare como BIC.

Descripción del estado actual del bien cultural

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Emplazamiento y entorno

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El área geográfica en la que se manifiesta el baile tradicional gallego corresponde al territorio de la actual Comunidad Autónoma, así como a las regiones vecinas donde se han detectado expresiones similares. Además, se incluyen asimismo las ciudades que fueron destinos principales de los movimientos migratorios gallegos en el siglo XX, como Buenos Aires o La Habana.

Descripción del bien

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El baile tradicional gallego es una forma de expresión corporal colectiva creada por el pueblo gallego, que denota su identidad única dentro de un fenómeno global presente en diversas comunidades alrededor del mundo. Es una manifestación cultural de carácter festivo, popular y colectivo, consistente en una serie de movimientos corporales acompañados de elementos melódicos y rítmicos que completan su expresión. Su ejecución se basa en un esquema flexible y generalmente improvisado, y para lograr su verdadera expresión social, requiere al menos dos personas bailando en pareja, destacándose dentro del folclore peninsular por su particularidad de ser un baile en espejo. Se pueden señalar tres características principales: son bailes lúdicos, son una creación social colectiva, y la improvisación es su rasgo distintivo[4]​.

Materiales y técnicas

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Al no tratarse de un bien físico como tal no podríamos hablar de materiales del baile propiamente dicho, pero sí podemos determinar una serie de elementos que lo acompañan y que son indispensables para su manifestación. De esta forma, asociados al baile destacamos los instrumentos tradicionales como la pandereta, la gaita o el tamboril, así como la vestimenta característica que condiciona la manera de bailar, y expresiones orales como el ¨aturuxo¨, alarido que refuerza la celebración.

También podemos destacar como técnicas los diferentes tipos de ritmos y pasos que se enmarcan dentro de esta expresión cultural. De esta forma, distinguimos: los bailes sueltos, como la muiñeira y la jota (dentro de los cuales existen asimismo diferentes variantes), y los bailes agarrados, como la mazurca, la polca, el chotis, el pasodoble, el vals y la muiñeira corrida. Explicaremos todas estas cuestiones en mayor profundidad a continuación, en el análisis histórico-artístico.

Análisis histórico-artístico

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Características principales (vestuario, instrumentos, tipos y portadores)

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Vestimenta
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La vestimenta tradicional gallega acompaña y decora la tradición del baile gallego, siendo esta un símbolo de identificación singular atribuido a esta tradición de danza. Tanto el traje femenino como el masculino son un reflejo de las raíces culturales gallegas y de la vida cotidiana de Galicia procedente de anteriores generaciones con una clara influencia rural y de costumbres locales. El traje tradicional gallego, tanto en su versión femenina como masculina, representa un elemento clave del patrimonio cultural de Galicia, estrechamente vinculado a las costumbres, el entorno social y las manifestaciones artísticas, como el baile. Este atuendo, que puede adaptarse al uso diario o a celebraciones especiales, varía en función de factores como el sexo, la edad y la condición social, y ha evolucionado con el tiempo, influyendo directamente en la manera de bailar y en la expresión corporal de quienes lo visten. Su diseño y las particularidades de cada pieza reflejan no solo la identidad regional, sino también las necesidades y transformaciones culturales de la sociedad gallega a lo largo de los años.

El traje femenino está caracterizado por la falda o saya (saia) larga o de largo medio, confeccionada en lana o algodón con colores oscuros como negro incluyendo detalles en rojos y bordados con pedrería brillante. Además, también se realizan decoraciones con bordados y encajes en la parte del delantal. Otra de las piezas esenciales de vestimenta tradicional que confeccionan el traje de gallega es el chal o el mantón que está realizado en lana o seda con opción de portar flecos y bordado, proporcionando abrigo y otorgando mayor elegancia. Por debajo del matón se viste una blusa blanca de lino con mangas largas y detalles de bordados en algunas ocasiones en puños y cuello. El traje varía en función de la zona de Galicia a la que se haga referencia, en algunos casos uno de los elementos fundamentales asociados a la vestimenta tradicional es el corpiño, que se ajusta al torso, puede ser de terciopelo o lana, con colores vivos y cierres de lazos llamativos o botones. Los complementos que se emplean suelen ser pañuelos o lazos en la cabeza, joyería tradicional como pendientes de filigrana y collares de cuentas. En cuanto al calzado empleado, tradicionalmente son zuecos de madera, pero también se pueden emplear zapatos de cuero con medias gruesas.

Por otro lado, el traje masculino está caracterizado un pantalón ajustado hasta la rodilla de lana o lino de colores oscuros, una camisa blanca de lino con cuello sencillo y pocos adornos, y un chaleco de terciopelo ajustado al torso o de lana también en tonos oscuros con detalles en colores vivos. Sobre esta vestimenta se coloca una chaqueta o chaquetilla corta confeccionada con tejidos a modo decorativo en algunas ocasiones. Este traje tradicional masculino también porta una faja (faixa) o cinturón de tela ancha que se coloca alrededor de la cintura del bailarín y aporta color al atuendo. Como complementos, los gallegos portan un sombrero de ala ancha de fieltro o paja, típico en zonas rurales y como calzado emplean tradicionalmente zuecos de madera o botas de cuero.

Tanto los trajes femeninos como masculinos del baile tradicional gallego son un reflejo funcional de la necesidad de las labores de campo de generaciones pasadas, siendo transportados a la actualidad en celebraciones y festividades regionales.

Instrumentos
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Los instrumentos musicales en Galicia están profundamente ligados al baile tradicional, ya que los bailarines tenían un papel decisivo en elegir las formaciones musicales que preferían para acompañar sus danzas. Los músicos, por su parte, ajustaban su interpretación a los gustos y necesidades de los bailarines, creando una relación dinámica entre ambos. Entre los instrumentos tradicionales se encuentran la gaita, el tamboril, la pandereta, el bombo, el acordeón, entre otros.

En cuanto a la música tradicional, especialmente la gaita, desempeña un papel fundamental en la formación y expresión de la identidad gallega, es el símbolo más representativo de esta identidad, al conectar la tradición con la esencia cultural de Galicia. Este instrumento se define como un aerófono, y es uno de los más antiguos, con orígenes que se remontan a Oriente Medio[5]​. Existen diversas tipologías de gaitas, pero todas comparten un elemento diferenciador conocido como la “palleta”. A lo largo de la historia, la gaita ha enfrentado períodos de dificultad, especialmente durante la Guerra Civil, lo cual afectó no solo a este instrumento sino a toda la tradición cultural gallega.

La evidencia histórica más antigua de la gaita en Galicia data de la segunda mitad del siglo XII, donde se ha hallado una posible representación de un gaitero en la iglesia de San Miguel de Eiré, en Ferreira de Pantón, Lugo. Según algunos estudios, la gaita pudo haberse introducido en Galicia a través de las primeras incursiones romanas, aunque también es posible que ya existiera en la región antes de la llegada de estos[6]​.

En la actualidad, para muchos, la gaita es el símbolo más representativo de Galicia, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Sin embargo, no es el único símbolo de la identidad gallega. Otros elementos, como las cantareiras y las pandereteiras, también tienen gran peso en la tradición y en la identidad musical gallega. Aunque la gaita es, para algunos, el símbolo más identificativo, muchos consideran que existe una riqueza de elementos musicales y simbólicos que conforman la identidad cultural de Galicia.

Los instrumentos de percusión proporcionan a la música bailada distintos ritmos, destacando la pandereta, el pandero, las conchas, la caja musical, la botella de anís, las palmas, las castañuelas…Sin embargo, los instrumentos de cuerda son los que se encargan de la parte melódica de las canciones, como el rabel, la zanfona o el violín. Los instrumentos de aire, ideales para tocar al aire libre, en lugares amplios, son los encargados de llevar los ritmos más melancólicos, como la gaita y el requinto en el caso más antiguo, y el clarinete, el acordeón, el saxo, o el trombón en las formaciones más modernas.

Además, también destaca el “aturuxo”, una manifestación vocal que acompaña estas danzas tradicionales. Se identifica con un grito antiguo que es prolongado, gutural, agudo y fuerte, emitido de un solo aliento con el emisor que puede formar parte del público o provenir de los propios intérpretes del baile en un momento indeterminado, mientras suena una pieza musical, rompiendo la monotonía rítmica y avivando la alegría propia del baile de conjunto.

Tipos de bailes
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En primer lugar, destacamos los bailes sueltos. Este grupo está conformado principalmente por dos formas de baile y sus variaciones: la muiñeira y la jota. La primera es más antigua que la segunda, pero ambas comparten la característica de ser bailadas por un número indeterminado de parejas, con una coreografía que incluye puntos y desplazamientos grupales. Además, en ambas, tanto en la muiñeira como en la jota, no hay contacto físico entre las parejas que las bailan. Dentro de las variedades de muiñeira se destacan la muiñeira vella, muiñeira das castañolas, ribeirana, carballesa, moliñeira, nova, punteada, baixa y danza do galo. Y dentro de la jota se incluyen la jota, pateado, fandango y maneo.

La muiñeira es el baile de divertimento más popular de Galicia, que suele ser ejecutado por una o más parejas y generalmente consta de dos o tres partes: la vuelta, el punto y el descanso. En la vuelta, se realizan desplazamientos grupales, generalmente en rueda o en tallón (un tipo de movimiento coreográfico), y el movimiento siempre comienza en sentido contrario a las agujas del reloj. Los puntos se realizan con los bailarines organizados en dos filas: una de mujeres y otra de hombres, frente a frente. Un hombre, usualmente el que está al frente de su fila (el guía), inicia los puntos, y tanto los hombres como las mujeres deben seguirlo. En el descanso o descanse, se hacen desplazamientos laterales o de adelante hacia atrás, con movimientos más suaves y tranquilos, que sirven para descansar mientras se continúa bailando.

La muiñeira se extiende por toda Galicia, sin excepción, y también se practica en regiones como Zamora, León, Asturias y el norte de Portugal. Es un baile festivo y animado que tiene muchas variantes y nombres en todo el país, como nova, baixa, punteada, chouteira, repunteada, redonda, carballesa, ribeirana, moliñeira, contrapaso y contradanza. Existen una gran cantidad de movimientos y puntos dentro de esta disciplina en Galicia, con variaciones incluso en las aldeas vecinas. Con un ritmo de seis por ocho, la muiñeira se interpreta con una amplia variedad de instrumentos y formaciones musicales. Las mujeres suelen cantarla, y pueden ser acompañadas por diversos instrumentos de percusión tradicional, como el pandero, la pandereta, las conchas, la lata de carburo o el pimentón, los platos con dedales, entre otros. También se pueden acompañar de gaiteros, redobrantes, cuartetos de gaitas, charangas, murgas, bandas de música, y más.

La jota es el baile tradicional más conocido en toda la península ibérica. En Galicia, se adaptó a la forma local de interpretar el movimiento, por lo que, en términos coreográficos, no presenta diferencias significativas con la muiñeira, salvo en el ritmo (que es de tres por cuatro) y en el tipo de movimiento. Aunque la jota llegó a Galicia después que la muiñeira, ambas coexistieron en la misma época y se bailaban en el torreiro (espacio abierto cerca de las casas) durante las verbenas y fiestas en toda la región.

Por otro lado, existen dos tipos de bailes agarrados en función de su antigüedad: por una parte, distinguimos la mazurca, la polca y el chotis, y por otra, el pasodoble, el vals, la rumba y la muiñeira corrida. La nomenclatura y las características particulares de estos bailes agarrados varían según la zona, y su rasgo principal es que, en su mayoría, no hay movimiento grupal, ya que cada pareja baila de forma independiente. La mayoría de estos bailes provienen de fuera de Galicia, ya sea a través del Camino de Santiago o como influencia de las modas de las clases altas y urbanas. Lo más notable es que, rápidamente, fueron adoptados en Galicia, integrándose en el repertorio de los músicos y en las celebraciones de los bailarines y bailarinas.

Personas portadoras de este patrimonio cultural inmaterial
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Las personas que desempeñan un papel fundamental en la conservación y transmisión del patrimonio cultural inmaterial relacionado con la música y el baile tradicionales gallegos van a ser fundamentales para comprender el estudio y la difusión de esta tradición. Entre estos se encuentran los intérpretes de este tipo de manifestaciones como cantadoras, instrumentistas o bailadoras, que reproducen el repertorio musical a través de sus expresiones corporales y de sus saberes musicales vocales e instrumentales.

Además, los maestros y las maestras que colaboran con la difusión del baile tradicional gallego se encargan de enseñar con dominio y conocimiento los saberes musicales que llevan compartiendo de generación en generación. Estos maestros se encargan de ayudar en la labor recopiladora y de investigación para poder documentar este tipo de prácticas y conservarlas para el futuro. La dedicación de estos docentes se encuentra en transmitir sus conocimientos de canto, baile y prácticas instrumentales, integrando este tipo de saberes del patrimonio cultural en las escuelas, las asociaciones o las agrupaciones.

Otro tipo de profesionales que contribuyen a la difusión de este tipo de danzas tradicionales son los profesionales de la música y del baile tradicional, artistas profesionales que se dedican a las artes del espectáculo como músicos o bailarines.

El alumnado de canto, baile y práctica universal son quienes reciben enseñanza, formal o informal, de canto, baile o instrumentos tradicionales gallegos. Esto puede darse en centros educativos, asociaciones, agrupaciones o clases particulares. Su aprendizaje garantiza la transmisión y conservación de este patrimonio inmaterial.

Por otro lado, los informantes patrimoniales son aquellas personas que han heredado conocimientos del patrimonio cultural inmaterial a través de la tradición oral. Son portadoras de repertorios musicales, prácticas vocales, instrumentales y de baile, así como de los hábitos sociales de su entorno. también actúan como creadoras y transmisoras, compartiendo sus saberes mediante su memoria y generosidad. Asimismo, los artesanos y Luthiers son los especialistas que crean instrumentos tradicionales, diseñan vestuario y complementos usados en representaciones escénicas. dominan técnicas manuales y mecánicas, además de innovar para mejorar y adaptar sus creaciones. Las personas compiladoras se dedican a registrar en formatos físicos (principalmente audiovisuales) los aspectos musicales, líricos y de baile del patrimonio cultural. Custodian archivos físicos y digitales para preservar y difundir este legado. Por último, las personas individuales incluyen a todas las personas vinculadas al canto, baile, música tradicional, independientemente de su nivel técnico. participan activamente en actividades comunitarias (fiadeiros, festivales, concursos, etc.), fomentando la gestión y transmisión de este patrimonio cultural mediante su implicación[7]​.

El baile tradicional gallego ocupa un lugar destacado en las celebraciones y festividades de Galicia, siendo una expresión clave de la cultura y la vida comunitaria. Su papel festivo sigue vigente, estando presente en una variedad de eventos que abarcan algunas fiestas populares muy conocidas entre el pueblo gallego.

Las romerías son unas de las principales celebraciones religiosas que combinan devoción y diversión, donde el baile tradicional y la música regional suelen ser los protagonistas. Los bailes se realizan en honor a un santo o patrón, al que se le atribuye la festividad, mediante el empleo de los instrumentos y la música tradicionales del lugar. Algunos ejemplos son la Romería de Nuestra Señora de la Barca en Muxía, en la Costa da Morte en A Coruña, o la fiesta de San Froilán en Lugo.

También se realizan fiestas de carácter folclórico por parte de las localidades donde se muestran las danzas y música tradicional, difundiendo así el patrimonio cultural gallego. Un ejemplo de esto es el conocido como Día da Muiñeira, aunque también se realizan diversos encuentros de grupos folclóricos.

Además, también destacan las celebraciones rurales y agrícolas donde el baile es concebido como una tradición histórica ligada al evento agrícola como puede ser la matanza y la recogida de la cosecha. En el pasado, este tipo de acontecimientos tan comunes eran concebidos como un momento de reunión para trabajar y celebrar con música y danza.

Los actos sociales y familiares como bodas o celebraciones familiares también eran celebradas al son de la música y la práctica del baile tradicional, concibiendo este momento como una expresión de alegría y de unión comunitaria.

Por último, cabe destacar que, en Galicia, también se realizan festividades específicas donde los protagonistas vuelven a ser las actuaciones de baile y música tradicionales para amenizar estos acontecimientos sociales. Algunos ejemplos de estas festividades serán el Día de las Letras Gallegas, donde se hace un homenaje a la lengua y a la cultura gallega; O Entroido (Carnaval Gallego), donde además del traje tradicional de gallego se visten disfraces tradicionales locales como los peliqueiros y los cigarróns; otra de las fiestas más destacadas será la Fiesta de la Gaita, dedicada a la música gallega.

Destacan también celebraciones como “Os Maios”, una fiesta popular de profundo simbolismo ritual que se celebra el 1 de mayo y marca el inicio del verano. Por otro lado, “A Esfolla” se celebra en otoño y reúne a la comunidad para la cosecha y limpieza de las hojas de maíz de forma colectiva, sin embargo, esta tradición actualmente se encuentra en riesgo de desaparecer. En el caso de “O Lar”, la participación en la música y los bailes tradicionales es especialmente activa, y se utilizan expresiones gallegas características de estos eventos, como “Lume” con la respuesta “Leña” o “Dalle morena,” frases que rara vez se escuchan en otros contextos[8]​.

Estilo

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El baile gallego se caracteriza por su estilo vivaz, energético y colectivo, con un fuerte vínculo con la música tradicional de la región. Su forma de ejecución varía según la zona, pero en general se distingue por movimientos marcados, giros y saltos, acompañados de ritmos intensos que suelen ser interpretados por instrumentos típicos ya mencionados anteriormente. El baile gallego es esencialmente grupal y popular que refleja una profunda conexión con la naturaleza y las tradiciones rurales de Galicia. Además, cada danza tiene su propio carácter regional, con diferencias notables en la vestimenta, los pasos y la música, lo que le otorga una rica diversidad dentro del marco de una misma tradición cultural.

Evolución histórica del bien

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Los orígenes de esta tradición son algo imprecisos, muchos estudios reflejan que podría provenir de bailes celtas con reminiscencias de danzas rituales griegas. A lo largo de distintas etapas históricas, como la Edad Media y el Renacimiento, se sabe que los bailes formaban parte de festividades religiosas y celebraciones populares. Sin embargo, es a partir del siglo XIX cuando se puede trazar una evolución más clara del baile tradicional gallego, dividiéndolo en cinco etapas principales.

La primera abarca desde la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, con el surgimiento de movimientos culturales como el Regionalismo o Resurgimiento coincidiendo con las primeras grandes olas de emigración hacia América, especialmente a Cuba, Argentina y Brasil, donde se fundan centros gallegos. Estas migraciones dieron lugar a redes de apoyo que buscaban mejorar las condiciones de vida y fortalecer la identidad cultural.

Entre 1916 y 1936 se intensifica el sentimiento nacional gallego, con movimientos como las Irmandades da fala y la Generación Nós que promovieron la cultura y la lengua gallega. Durante los años de la dictadura franquista (1936-1975), se produjo una etapa de aculturación debido a los cambios socioeconómicos. Se impuso el “folclorismo” un enfoque uniforme que despojó a las tradiciones de sus raíces auténticas.

Tras el régimen franquista, comienza la transición hacia una democracia, la creación de las autonomías impulsó el nacimiento y proliferación de agrupaciones folclóricas. Estas agrupaciones, recogen y estudian las tradiciones para dignificar y divulgar la cultura popular, apoyadas por la labor de los recolledores. Los recolledores son personas que están en contacto con las comunidades rurales y que documentan los bailes que recordaba la población.

Desde 2010 hasta la actualidad, se complementa la recuperación de fiestas y celebraciones anuales con el objetivo de normalizar el baile, presentándose como una actividad viva y contemporánea, lejos de ser un vestigio del pasado[9]​.

Estado de conservación actual

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Desde su propuesta como Bien de Interés Cultural en 2018, el baile tradicional gallego ha visto reforzada su conservación y promoción, manteniéndose vivo en festividades y celebraciones. Además, existen iniciativas para que sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, lo que fortalecería aún más su protección y difusión. Este reconocimiento, junto con los esfuerzos continuos de comunidades y entidades, ha consolidado un estado de conservación sólido para esta manifestación cultural.

En la actualidad, asociaciones culturales como Tempo Novo, activa desde 1978, dinamizan actividades formativas y divulgativas relacionadas con el baile gallego en los entornos rurales de Elviña[10]​. Otras entidades como Eidos y Xacarandaina comparten este propósito, promoviendo el baile gallego a través de clases, concursos y diversas iniciativas culturales.

Valoración patrimonial

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El baile gallego posee un valor histórico-artístico al ser una manifestación cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos, reflejando las tradiciones y costumbres. Además, tiene un valor etnográfico y social, ya que constituye una expresión colectiva de identidad y cohesión.

Valor histórico-artístico

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El baile gallego tiene un inmenso valor histórico y artístico, A lo largo de los siglos, ha funcionado como un medio para transmitir valores, historias y formas de vida propias de Galicia. Además, durante períodos de represión, como el franquismo, se erigió como un símbolo de resistencia cultural, ya que muchas de estas expresiones fueron restringidas. Los bailes tradicionales están estrechamente vinculados a momentos significativos del ciclo anual, como fiestas patronales, carnavales y bodas, reflejando la vida cotidiana y las celebraciones de los gallegos. Este legado vivo ha sido transmitido de generación en generación, convirtiéndose en un testimonio intergeneracional que no debe ser alterado por influencias externas.

En el plano artístico, el baile gallego se distingue por sus estilos y ritmos únicos, acompañados de una vestimenta que es una obra de arte en sí misma. Los trajes tradicionales están elaborados con gran detalle, utilizando bordados y tejidos que representan la rica herencia artesanal de la región. Asimismo, la danza gallega ha inspirado otras disciplinas artísticas, como la literatura, el cine y la pintura. La música que acompaña al baile, con instrumentos tradicionales como la gaita, el tamboril y las panderetas, enriquece su valor artístico y le otorga una dimensión cultural aún más profunda.

Valor etnográfico y social

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El baile es hoy en día una forma de expresión artística importante que, más allá de la belleza estética de sus movimientos armónicos o sincronizados, o de su capacidad para transmitir emociones y sensibilidad a través de la habilidad física, se ha convertido en una herramienta de identificación social. Es un medio de comunicación y afirmación que fomenta la cohesión dentro de una comunidad, creando un espacio para la interacción lúdica y activa, invitando al aprecio mutuo y al intercambio de conocimientos y experiencias. Además, el baile, en su forma tradicional, resume la expresión de sentimientos profundos y actúa como un recurso para interpretar o abordar eventos significativos en la vida. Introduce formas de comunicación diferentes al lenguaje verbal o a los movimientos cotidianos, convirtiéndose en una respuesta cultural a momentos importantes, que pueden reflejar desde alegría, celebración y relajación hasta fervor, pasión y otros sentimientos colectivos o personales.

Dictamen

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Medidas urgentes para su salvaguarda

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La resolución legislativa presenta diversas medidas para la protección del patrimonio cultural gallego, con el propósito de preservar, difundir y promover tanto los bienes materiales como inmateriales, asegurando la conservación de la identidad cultural de la región. Para proteger este patrimonio, es fundamental respetar los contextos a los que está vinculado el baile tradicional, dado que el espacio donde se lleva a cabo actúa como depositario de la memoria colectiva. Además, el baile está asociado a momentos específicos del calendario de festividades, y a objetos que almacenan recuerdos y emociones, cuya alteración no debe ser influenciada por factores externos.

Una de las principales propuestas es la creación de un órgano de gestión específico para la protección del baile tradicional gallego, que representará a las comunidades portadoras de esta tradición y coordinará las acciones de conservación y transmisión de su valor cultural. Este órgano también colaborará en la elaboración de censos de maestros y asociaciones del baile, promoverá investigaciones y difundirá elementos relacionados con esta manifestación cultural, siempre respetando los criterios de los portadores del saber.

Además, la Dirección General del Patrimonio Cultural deberá gestionar un censo voluntario de maestros, portadores y asociaciones dedicadas al baile tradicional, que incluirá datos biográficos y, cuando corresponda, registros audiovisuales de sus conocimientos. Las incorporaciones al censo serán publicadas en el Diario Oficial de Galicia y se actualizarán periódicamente, sin implicar la transferencia de derechos o responsabilidades a la Administración.

También se impulsará el estudio y la documentación de los bienes muebles e inmuebles con un tratamiento integral, ya que lo material a menudo sirve como soporte para lo inmaterial. Se promoverá la investigación de los bienes muebles relacionados con el baile tradicional, como atuendos, instrumentos musicales, banderas y archivos históricos. Además, la investigación sobre otras manifestaciones inmateriales vinculadas al baile, como las danzas en festividades religiosas, su terminología y la identificación de bienes materiales asociados, será una de las áreas prioritarias.

Toda la información recopilada estará disponible al público a través de las plataformas digitales de la Xunta de Galicia. Se fomentará la colaboración con asociaciones y colectivos para promover la protección y difusión del patrimonio cultural. Además, se impulsarán actividades que fomenten la participación en celebraciones y eventos tradicionales, como ruadas, fiestas y romerías, así como actividades dedicadas a la documentación y conservación de las formas de baile más antiguas. El uso de herramientas digitales será clave para la preservación de la historia y grabaciones del baile.

Una medida adicional para la salvaguardia sería integrar la enseñanza del baile tradicional gallego en el currículo de la educación obligatoria. Esta iniciativa no solo renovaría los modelos tradicionales de enseñanza-aprendizaje, sino que se podría desarrollar en el área de educación artística, en particular en música y educación física, incluyendo contenidos específicos sobre el folclore gallego. De esta manera, se fomentaría el conocimiento y la conservación de la cultura gallega, permitiendo que las nuevas generaciones se conecten con sus raíces y mantengan vivas las tradiciones locales. Además, esta integración contribuiría al desarrollo físico y social de los estudiantes, promoviendo habilidades como la cooperación, comunicación y el respeto, esenciales para el trabajo en grupo en los bailes gallegos.

Un ejemplo destacado de esta iniciativa es el proyecto de la Universidad de Santiago de Compostela, que utiliza las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para capacitar a docentes y estudiantes en el aprendizaje de la muiñeira. El proyecto incluye cuatro vídeos educativos que explican desde la historia y evolución de la muiñeira hasta sus pasos básicos y la interpretación del baile en grupo, además de abordar el concepto de “foliada” (una reunión popular para cantar y bailar). Este proyecto ha sido muy bien valorado, evidenciando el éxito de la iniciativa[11]​.

Finalmente, se propone la publicación de revistas o recursos audiovisuales que fomenten el conocimiento de este patrimonio, así como el impulso de música folk contemporánea en bares y locales, que aproxime de alguna manera a los ciudadanos a las raíces de esta música.

Conclusión

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Este trabajo está destinado a reivindicar la importancia del baile gallego, una manifestación viva dentro del patrimonio inmaterial de España, que conecta con varias generaciones de tradición. Mediante su diversidad de formas, que incluyen los bailes sueltos y agarrados, así como la incorporación de influencias externas, evidencia la riqueza cultural y la habilidad de las comunidades gallegas para adaptarse. La práctica de la tradición gallega no solo fortalece la identidad colectiva de una región, sino que promueve el respeto y la valoración de la diversidad cultural. Debido a esto, el estudio del tradicional baile gallego es esencial, para promover la valoración de la diversidad cultural y el respeto hacia esta práctica. Su puesta en valor es esencial para garantizar su continuidad como símbolo de un legado cultural dinámico y en constante evolución, continuando la lucha por que este tipo de patrimonio inmaterial sea declarado como BIC.

  1. Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. «BOE» núm. 155, de 29 de junio de 198. BOE-A-1985-12534
  2. Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. «BOE» núm. 155, de 29 de junio de 198. BOE-A-1985-12534
  3. RESOLUCIÓN de 16 de marzo de 2018, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el expediente para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial el baile tradicional gallego. Jueves, 26 de abril de 2018. DOG Núm. 81.
  4. RESOLUCIÓN de 16 de marzo de 2018, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el expediente para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial el baile tradicional gallego. Jueves, 26 de abril de 2018. DOG Núm. 81.
  5. Acosta M (2019). La música tradicional gallega como elemento constructor de identidades: la gaita como símbolo identitario. Universidade da Coruña.
  6. Acosta M (2019). La música tradicional gallega como elemento constructor de identidades: la gaita como símbolo identitario. Universidade da Coruña.
  7. RESOLUCIÓN de 10 de octubre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el procedimiento para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial la música y el baile tradicionales de Galicia. Lunes, 25 de noviembre de 2024. DOG Núm. 227
  8. Acosta M (2019). La música tradicional gallega como elemento constructor de identidades: la gaita como símbolo identitario. Universidade da Coruña
  9. RESOLUCIÓN de 16 de marzo de 2018, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el expediente para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial el baile tradicional gallego. Jueves, 26 de abril de 2018. DOG Núm. 81.
  10. Historia – A.C. Tempo novo. (s. f.). https://temponovo.gal/historia/
  11. Gillanders, Rodríguez y Nemiña (2019). Impacto del uso de materiales audiovisuales para el aprendizaje de danzas y bailes tradicionales en la formación de estudiantes universitarios. Revista latinoamericana de tecnología educativa RELATEC, 18(2)

Bibliografía

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Acosta M (2019). La música tradicional gallega como elemento constructor de identidades: la gaita como símbolo identitario. Universidade da Coruña.

Costa, Luis. (2004). Las rumbas olvidadas: transculturalidad y etnicización en la música popular gallega. Trans. Revista Transcultural de Música, núm. 8, p. 0 Sociedad de Etnomusicología Barcelona, España.

Emilia Pardo Bazán. (1906). ¨La Muiñeira¨. Coruña Moderna. Revista Ilustrada. Nº67.

Gillanders, Rodríguez y Nemiña (2019). Impacto del uso de materiales audiovisuales para el aprendizaje de danzas y bailes tradicionales en la formación de estudiantes universitarios. Revista latinoamericana de tecnología educativa RELATEC, 18(2)

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