Cui bono
La expresión Cui bono, también utilizada como Cui prodest (¿Quién se beneficia?), es una locución latina, que hace referencia a lo esclarecedor que puede resultar en muchos casos, a la hora de determinar la autoría de un acto que permanece desconocida (por ejemplo, en un delito), el preguntarse por, y llegar a determinar, quiénes se habrían de beneficiar con sus resultados. Es considerado un principio del Derecho Romano.[1]
Aunque este principio es muy usado en criminalística, ni es sencillo determinar quién o quiénes son los que podrían ganar, ni muchos de los beneficiados tienen por qué haber estado implicados en el crimen, máxime cuando el culpable los usa como "cabeza de turco" para distraer la atención sobre su persona.
Se suele atribuir la frase al cónsul romano y censor Lucio Casio Longino Ravilla, y su uso popularizado por Cicerón.
Séneca utilizó esta expresión en Medea (acto primero, escena primera, versos 500-501): "cui prodest scelus, is fecit", (Aquel a quien aprovecha el crimen es quien lo ha cometido).